La Sombra de la Libertad

La Sombra de la Libertad

Lidia Sanciprián

24/02/2019

Como el olor a pasto recién cortado así se respirará la libertad, fresca, joven, viva.

Por momentos María llenará los pulmones de aquella sensación de plenitud del momento perfecto y presente. Querrá permanecer ahí para siempre, caminará lento pero de pronto la sombra aparecerá.

Sentirá como la persigue.

Entonces empezará a acelerar el paso, y como una cascada los temores le invadirán el cuerpo.

Después la sombra gritará “¡ Como buena mujer!, ¡sé buena mujer!”

Con una avalancha en el corazón huira de casa, no sabrá quien la persigue solo correrá, querrá correr adonde esté aquel amor prohibido.

La sombra no la dejará y correrá en sentido contrario

El dolor la atormentará entre más se alejé de aquel hombre -pese a todos los inconvenientes -con él quiere estar.

La sombra empezará de nuevo a hablar…

“No María por ahí no, ese hombre no es para ti, no es lo que nadie espera de ti, ni siquiera tú, no es digno!”.

Después de correr por cuatro años empezará a faltarle el aire, sin desearlo no podrá correr más, apenas arrastrará los pies, se desvanecerá en el piso, perderá el conocimiento.

Cuando despierte estará en una llanura verde, infinita de aquellas que le daban miedo, estará sola a merced de la sombra. Sin embargo despertará y sentada olerá el pasto lo comerá y buscará a la sombra -no la encontrará-, hasta que se empieza a levantar, verá como la figura de la sombra crecerá generada por su propio cuerpo

Podrá ver que la sombra era ella, todo lo que debía ser y hacer, pese a sus propios deseos, la sombra será la voz de sus padres, sus miedos y sus propios demonios

Descubrirá que una dosis de pasto fresco recién cortado por las mañanas la liberará de la sombra, desde entonces lo convertirá en su desayuno y podrá regresar a casa, aunque ya será demasiado tarde sus verdaderos amores ya se habrán ido.

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