Los caminos del creador

Los caminos del creador

Ponto

20/02/2019

Cuando el día parecía languidecer sin provecho y cuando menos lo esperaba, tomé súbita consciencia de un símbolo que nunca antes había sido descifrado.

Me persuadí de la poderosa alegoría del arpa, esbozada por Goethe durante el viaje a Italia. No había reparado, en efecto, sobre el poder semántico de dicha imagen. Al encontrarse en el camino con unos viajeros, los cuales portaban dicho instrumento, el autor refiere de un modo aparentemente lateral que estos lo utilizaban a un tiempo como instrumento musical y como aparato indicador de fluctuaciones climatológicas. Esa imbricación es sin duda un símbolo. El arpa es el símbolo de la música y el conjunto es una metáfora de la sinfonía de la naturaleza, idea expresada por el orfismo y el pitagorismo, filosofías que fungen como fundamentación de la realidad en este pasaje. Todo está allí, enmarcado bajo el apotegma de hen kai pan. La gran sinfonía natural, de ritmos y contraritmos, marchas y contramarchas, calor o frio, invierno o verano, Vivaldi, las estaciones, el día y la noche, tensión y distensión, ascenso o descenso y el destino del hombre… es un solo ritmo celeste, como sentenció magistralmente un tal Salvator Rosa. Y aquí se unen las tramas paralelas, la naturaleza y el hombre, la música y la matemática, orfismo y pitagorismo, tanto la música como la matemática describen ese movimiento vital de lo natural, la danza vital de lo real, de lo que acaece, porque el mundo como reza el austriaco “ist alles, was der Fall ist”. Es la matemática y el ideal de Giordano Bruno, el sueño de alcanzar un fundamento cuantitativo y perfecto de la realidad. Bajo este esquema los objetos y fenómenos de la naturaleza exhiben un comportamiento descriptible mediante la matemática, son estructuras matemáticas o estructuras de datos que intercambian información, información ordenada bajo un cierto número de reglas de intercambio entre distintos tipos de conjuntos de datos, dentro del volumen total que es el mundo o el universo o el todo, o el Hen de Plotino, de Spinoza o de Goethe. Pienso en el recorrido, sus posibles paisajes, la geografía a atravesar, el estudio de la historia de la región puede ser muy útil para la posterior escritura insitu. Estudiar la obra de Goethe y el contexto de la relación entre el romanticismo literario y el idealismo filosófico. Así, sobre la idea de la unión de la naturaleza y el individuo reflexiona Goethe en su viaje a Italia: “Para mi concepto del mundo he ganado mucho, pero nada enteramente nuevo o inesperado. También he discurrido largamente en el Tipo del que hablo hace tanto tiempo. Quisiera hacer intuitivo lo que en mi interior llevo, que en la Naturaleza no puedo presentar a los ojos de cada uno. Llegó la obscuridad gradualmente. Lo aislado se pierde; las masas vanse volviendo más compactas y más imponentes; por último, cuando todo se mueve ante mí, como una secreta, profunda imagen, vuelvo a mirar los altos picos nevados iluminados por la luna, y ahora espero que la mañana aclare esta hendidura de roca, delimitación entre el Norte y el Sur, en la cual estoy encerrado.” Está secreta y profunda imagen de la naturaleza que transmite Goethe, es la expresión de la antigua sabiduría sincrética de Grecia, el ocultamiento de la naturaleza o de sus operaciones esenciales (y, a su vez, la técnica como develamiento de lo oculto en la naturaleza, en Heidegger). El punto central de la escritura esta dado, en este caso, por la función del modo en el cual el autor se posiciona en el relato, cuando Goethe se halla moviéndose por caminos desconocidos y piensa en cómo dar forma a la imagen que se presenta ante él, se persuade de que se trata de una imagen dinámica, no estática, imagen en la cual él mismo se ve implicado, el movimiento del viajar, su desplazamiento personal se ve involucrado en la misma imagen, no hay frontera entre ambos, el norte y el sur confluyen, la imagen captura el movimiento del sujeto que percibe siendo parte de un mismo movimiento en la unidad del uno y el todo. Respecto a los tópicos, la identificación es el factor determinante de la literatura que en determinada época produjo un impacto crítico, modificando en cierta medida las condiciones de su época y por lo tanto modificando la cultura de un modo permanente. Tópicos habituales, la soledad, el otro, el amor, la libertad, la vida, la muerte, el hambre, las necesidades naturales, historias de triunfos y de fracasos. Un sentido integral de las cosas, de los fragmentos inexactos, imprecisos de lo vivido, un marco semántico general, un sentido integral de la existencia, una cosmovisión. Los temores de un alma errante, el después, el aftermatch del viaje ¿Es posible vivir sin tierra y sin patria como Rilke? ¿Cuáles son los medios y cuáles son los fines? ¿Es posible hoy replicar la épica de Thoreau? ¿Cuál es el sacrificio? ¿Cuál el beneficio? ¿Por qué ese utilitarismo? Imagino que detrás de mí el número del autobús oculta la forma de un número cabal, la vida se termina con la juventud, el resto es una sobrevida, un error, pienso. Y la idea de partir siempre está presente mientras se lee en simultáneo a Celine y a Poe. Pero Poe es solo una escena en Dostoyevski, un episodio en un viaje al borde de la noche, todo es trama, todo es obra, sin esa dialéctica no existe épica ni haz de noche en la bruma espesa, continuaré por los días de ensueño que me admiran desde lejos con el revés de su espejo blanco…

Te saludo en la puerta dorada

Donde los placeres sublimes renacen

Sin corazón, sin alegría y solo con cantos

Para que el aura celeste de los buenos tiempos

Nos regale el recuerdo de una delicia olvidada.

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