Juventud ¿Divino tesoro?

Principios de los 90, Laura era una chica guapísima, a sus 18 años recién cumplidos, acababa de salir de una relación que le dejó la autoestima por los suelos.

Pasado el disgusto que fue muy gordo para ella, empezaba a salir y a saborear su libertad, veia con asombro como cada fin de semana los chicos la perseguían, pronto captó las reglas del juego, con una mirada con una sonrisa podía conseguir de ellos lo que quisiera, la verdad no era mucho, una copa, una entrada al cine o a la discoteca nada del otro mundo, alguno que otro le regaló una joya.

Y muy mal Laurita , muy mal, en su inocencia no pensó que ese juego tenía sus riesgos…

Los que ella creía amigos suyos realmente querían otra cosa de ella, sus ya muy pocas amigas le advirtieron de los riesgos de sus juegos, pero con la soberbia que da la belleza y los pocos años no les hizo caso y siguió con sus juegos con fuego.

Pasaron los años y su tropa de admiradores fue reduciéndose, ay efímera juventud que pronto vienen otras con las carnes más tersas.

Muchos de sus «amigos» se fueron emparejando con chicas menos despampanantes, pero de «estreno», decían los machos ibéricos que poblaban la zona.

Le quedaron dos fieles enamorados, los únicos que supieron ver qué detrás de esos grandes pechos había un buen corazón, un corazón incapaz de enamorarse.

Ella se seguía viendo bonita, aún era joven ,le gustaba sentirse halagada, y siguió jugando con los dos ,un dia quedaba con uno,a otro día con el otro, incluso con los dos, lo que en aquellos tiempos, España profunda, pueblo pequeño, fue un gran escándalo, los dos eran muy buenos chicos pero locos de amor por ella que viéndose agobiada por habladurías, sermones de la única amiga que le quedaba e incluso familia, decidió que le tocaba decidir, y así fue como sin querer a ninguno, escogió al que mejor la quiso .

Y el chico rechazado, también escogió, escogió que con él no se jugaba, escogió que o de él o de nadie, y haciendo como que seguía de amigo y que se había tomado genial la derrota, los citó para una fiesta en un pueblo cercano.

En mitad de un campo paró el coche,y se oyeron tres disparos, el último a el mismo y así fue como acabaron los tres a la vez, un cazador encontró sus cuerpos por la mañana.

Aún se habla en la zona de la desgracia de la preciosa Laura y sus dos enamorados.