Ensoñaciones de una mariposa

Ensoñaciones de una mariposa

Artemisa

18/02/2019

Yo quisiera saber cuántos amores conoció la caracola marina. Cuántos rasgaron el blando corazón que duerme en el fondo inescrutable de su casita de coral.

Yo quisiera haber visto cómo con cada lágrima que tuvo que brotar de sus poros obedientes, con la dedicación del más sabio de los alfareros fue tallando en incontables minutos, días, años, la dura costra protectora, tejido de sal y espuma, belleza milimétrica, fiera y delicada.

Cuánta ternura guarda ese caprichoso cobertor, marea endurecida a fuerza de rodar, caverna inaccesible replegada en torno a un origen ilegible. De su abismo nacen sonidos incontables, crepitar de risas, voces y lamentos. Me pregunto si son las huellas sonoras que, de la gestación del universo, han quedado allí atrapadas o si acaso son, las caracolas, pequeños transistores de los guardianes invisibles del cosmos, útero infinito que da cobijo a todo lo que vive.

Casa sin puerta ni cerrojos

Labios

rosa

abierta en beso agradecido

al mar océano

Oh, la caracola…

La más fina y elegante oposición a Darwin.

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