Cerré los ojos y pensé en la migración de información, los datos, mis datos, mi información que me da el concepto de un yo, ese yo que solo es cierto bajo un entorno geográfico, como el de un CPU, ese yo que históricamente fue nómada, que por creída evolución se hizo sedentario y conformó comunidades, aldeas, sociedades, naciones, formas de organización para su supuesta protección, que volvió a su estado nómada con la revolución industrial en búsqueda de calidad de vida y que hoy sigue tras esa búsqueda,de país en país tras las oportunidades de ser realmente un yo satisfecho migrando y emigrando.
¿Y Ahora quién soy yo? en el siglo XXI, las estructuras socioeconómicas mundiales se replantean en torno a la globalización, aun así, nos anclamos en el hábitat de lo conocido de nuestros grupos de iguales y la necesidad de aceptación social, si la novedad del pensamiento mundial fue en su momento influenciado por la teoría de la relatividad de Einstein, surgen planteamientos metafísicos rescatados de culturas milenarias como la ley de causa y efecto y escuelas con tendencias sicológicas como la complejidad humana, que decantan en las teorías de desarrollo organizacional cambiando el concepto de recurso humano por talento humano, que según el entorno en el que vivimos y del que necesitamos su complacencia vamos aceptando y adoptando como la verdad, término este, que es piedra angular de cada filosofía y que en su dialéctica discursiva borda en trazos multicolores sobre el lienzo de la novedad cada filósofo, como propietario de la última tendencia del pensar intelectual, “la verdad”, pero que al vivir cada realidad es impuesta según Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias”. ¡Sí!, y hoy la relatividad de los procesos y de la vida todavía influye y es influida, pero la tendencia es la teoría cuántica, que nos ubica en el contexto subatómico de la mecánica, de la biología, del movimiento, de la energía y del pensamiento, entre otros.
Podemos descifrar de distinta manera con la filosofía cuántica, la romántica melancolía de los escritores de ciertas épocas, como el hecho de los iones libres del ambiente que afectan la energía del humano, las emociones son energía generada por el pensamiento, el cual puede convertirse en cultura si el grupo que conforma una comunidad lo va aceptando como propio, ¿Dónde encontrar entonces ese libre pensador? ¿Es que se puede dar un «epojé»? La teoría de la creación toma fuerza bajo el hecho comprobado de que existió un “algo” que creó las circunstancias para que la luz y la oscuridad se separaran en día y noche, que la vida tuvo que comenzar en un medio acuoso y que primero fueron los peces en la cadena de Dios, hecho confirmado por Darwin en la teoría de la evolución. Entonces ¿no hay contradicción solo ignorancia por el descubrimiento tardío? Y ahora con la sincronicidad de la información en tiempo actual ¿La tecnología de la información permitirá ese salto quántico a la sociedad del conocimiento? Y de ser así ¿Cómo será manipulado el proceso de socialización humano ahora?
El estudio del ADN, determina las características diferenciativas de cada ser vivo, planta o animal de manera detallada y demuestra que cada individuo humano contiene una carga que traza un vínculo con otras culturas de origen geográficamente distantes en historia y tiempo, también dictamina que solo existen dos géneros, hombre y mujer, esto drena en una duda razonable sobre la intencionalidad de la creencia de la separación de la diversidad y que tan diversa es la misma, ¿hombre y mujer se complementan como se complementa una sola raza, “la humana”? Si la realidad subatómica nos define, los átomos conforman las células y estas todos nuestros sistemas anatómicos ¿nuestros pensamientos afectan nuestro sistema biológico como un todo en cada una de sus partes? si las células de la sociedad se han dado en llamar “familia” ¿Cómo estará siendo afectada la sociedad al cambiar su núcleo familiar? Cambia el concepto social de la definición de hombre, de mujer, de pareja, por ende el de familia ¿existe una intencionalidad razonada para que ello ocurra? ¿Quién se ocupará de la formación y crianza de los hijos para la sociedad del futuro? Y ahí se concadenan otras filosofías del pensamiento económico donde la patria potestad y crianza de los hijos corresponde según unos a los padres y según otros al estado ¿y que se desdibuja bajo ese elástico y/o rígido concepto de estado difuminado a veces en manos de gobierno y a veces en el compendio de toda la ciudadanía?
En el siglo XXI, estamos en extinción, si… se extinguen los viejos conceptos, migran nuestros sentires, los estereotipos, los roles, las estructuras y entre ellas la religión como forma de canalizar la espiritualidad de un alma ya evidenciada por Aristóteles en sus conceptos metafísicos de la economía. La era cristiana y entre el cristianismo la iglesia católica, que en sus tiempos hegemonizó un mundo bajo una verdad, un solo Dios, un concepto de familia para la formación de las generaciones venideras, bajo la unión de un hombre y una mujer y dentro de aquel decálogo de los diez mandamientos, que la relatividad ha hecho relativos y la cuántica rescata bajo el concepto de diversos niveles de vibración en armónicas más densas o más sutiles, mientras yo, contemplo y me contemplo en un devenir que parece “deja-vu”
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