Me asombro, maravillo y me inclino ante poetas, escritores, músicos, escultores, artistas… Ante cualquier persona que me haga vibrar por dentro.
Pienso que todos tenemos una bola de fuego en nuestro interior que se va haciendo cada día más grande, algo que no podemos controlar y que necesita liberarse. Pero ¿qué es? ¿Es algo innato?
Los que conseguimos soltarla vemos cómo arrasa nuestros miedos y nos nutrimos y vivimos de ella.
Un cuadro, una escultura, una melodía, un poema, cualquier resultado de una imaginación desbordante donde podemos expresar nuestra propia visión del mundo. Porque sí, es ella, la imaginación es la que nos beneficia con el placer ficticio que tenemos en nuestras mentes.
Yo dejo escapar mi fuego y mantengo viva la llama de mi alma, porque de lo contrario mi vida perdería sentido. ¿Y qué sentido ha de tener si como resultado es la destrucción total de mí misma?
Sí, yo me iré, lo sé. Me desintegraré en el aire, pero habré alimentado a la vida con mis sueños, mis deseos, mis miedos, mis sentidos y emociones; habré inyectado en sus transparentes venas toda la esencia de mí. Y cuando yo no esté, mi naturaleza, por muy humilde que sea, permanecerá en ella.
Ahora ya no me asusta pensar que todo cuanto pienso y hago no es más que una forma para entretener y acortar mi existencia. Hay algo más, y aunque sea imposible encontrarle un sentido a todo esto, en el fondo sé que lo hay.
La vida es generosa y nos ofrece un amplio abanico de perspectivas. Las artes, tanto para el autor como para el espectador, son una forma de evadirse de la parte superficial para adentrarse en las entrañas de esta extraña y, bien pensado, absurda existencia, para conectar con nosotros mismos y darnos cuenta de que formamos un todo. Pero somos individuales y únicamente es así como podemos desarrollar nuestras cualidades.
Nuestro cerebro tiene que extenderse por el universo, y por muy absurdo e inútil que nos parezca, debemos sacar esa bola de fuego que llevamos dentro, sino estaríamos privando a la vida de una energía inimitable.
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