El problema invisible de Sofía.

El problema invisible de Sofía.

isaespi

13/02/2019

Sofía estudió en la ciudad de A Coruña. Se graduó en filosofía y letras, obteniendo el premio extraordinario de carrera. En la universidad de Oxford obtuvo el doctorado en filología inglesa, grado en el que, también sacó unas notas finales excelentes.

Al cuarto año de su etapa laboral, ocupó el puesto de directora senior del departamento de relaciones públicas de la sociedad de control del grupo de empresas de su familia. Cualquiera podría pensar que, accedió a éste importante cargo, por estar su padre, en el consejo de administración de la sociedad principal del citado grupo. No fue así, participó en unas convocatorias de oposiciones abiertas, en condiciones de igualdad con el resto de aspirantes. El departamento que dirigía, se encargaba de diseñar el tipo de relación que, en cada momento, más convenía a los intereses de todas y cada una de las empresas del grupo.

Durante varios años viajó, por más de una veintena de países, por lo que tuvo ocasión de conocer lugares maravillosos, aunque Sofía, siempre echaba de menos su pueblo natal. Cuando era posible, buscaba algunos días, en su apretada agenda, para visitarlo y poder descansar de las agotadoras sesiones dedicadas a las tareas de su actividad profesional. En el pueblo, se sentía otra persona, respiraba tranquilidad y sosiego, con solo dar un corto paseo, en un entorno natural y espléndido. Caseríos, cabañas muy originales, acogedores albergues, preciosas montañas, pequeños lagos, sitios muy recomendados para practicar la pesca, senderismo, escalada y a poca distancia de la costa. Sin duda, era un sitio ideal, para olvidarse del ajetreado mundo urbano. Para ella, representaba la antesala del paraíso, un lugar especial. Pedanía dependiente de A Coruña, sin que hasta la fecha, hubiera llegado demasiada modernidad, ése tipo de ambiente que, nunca desearíamos ver desaparecer. En cuánto a las maneras o costumbres excesivamente pueblerinas de sus habitantes, Sofía creía que, poco o nada, interesaba cambiar, pues encajaba con el aspecto rústico, fiel asimismo, tal cual, había estado toda la vida. Hija de una de las familias más ricas de la provincia, por lo que estaba acostumbrada a no tener que dar más explicaciones que, las necesarias por su esporádico, aunque anormal comportamiento, como decían los antiguos del pueblo. A pesar de su privilegiada posición, la miraban de arriba abajo, eso sí, una vez, había pasado de largo. Un detalle importante que no le perdonarían nunca, eran los escándalos que armaba, sin que nadie lo esperase y cuándo a ella, le venía en gana. El último, se produjo en la pista de baile de una de las discotecas más concurridas del pueblo, cuando imitó a Madonna quedándose casi desnuda, desafiando a todos los asistentes, con gestos descarados, mostrando cierta superioridad o suficiencia. Al cabo de unas horas, todo quedó en una anécdota o pequeña travesura, como tantas otras, interpretada por la caprichosa y consentida niña de papá. Lo que más disgustaba a la gente del pueblo, era la desfachatez o el menosprecio con el que, sin disimulo alguno se comportaba, aunque a algunos de sus ocasionales amigos, aprovechaban para llevarle la corriente y así conseguir que, fueran invitados al enorme caserío, para conocer y disfrutar en las lujosas habitaciones, salones, piscina de invierno y de verano, zonas ajardinadas, canchas de deportes, salas de baile y música y otras instalaciones, dónde vivía acompañada, únicamente, por el personal de servicio. Sofía lo tenía casi todo: muy rica, inteligente, elegante, atractiva, culta y libertina, muy libertina.

La gente del pueblo murmuraba que, teniendo el mundo a sus pies, quizás echara de menos algo que, aún no estaba a su alcance, a pesar de las muchas cosas que la vida, ya le había proporcionado. Algunos comentaban, que cada cierto tiempo, la llevaban fuera de España, para ser tratada, aunque nadie, tenía la menor idea, de cuál era, el mal que pudiera padecer. En cualquier caso, sus reiteradas extravagancias se le perdonaban por»ser vos quién sois». Ella disfrutaba muchísimo, cuando era el centro de atención de cuantos la rodeaban.

Sofía tenía un problema muy grave. El jefe del equipo de doctores que la venían atendiendo, le dijo a sus padres: el problema de su hija, es que hasta hace poco, no ha tenido ningún problema.

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