4:30 am el terrible sonido de el despertador quien me avisaba «ya comienza de nuevo tu rutina», las gotas de agua que recorrían mi cuerpo me refrescaban y me alentaban a empezar mi día.

Me fui directo por el resultado de aquel examen que tuve que irme hacer días antes, pues no me encontraba bien de salud. Entre con el tiempo indicado, pase a un consultorio de esos que te erizan la piel; totalmente blanco, con la pintura de la pared maltratada por la humedad, y los pisos quebrados por el paso de el tiempo, sentado un señor de edad, con su piel morena casi quemada por el sol de aquellos días, su mirada fija en su escritorio de madera fina, sería lo único que resaltaba aquel salón frió de consulta médicas.

Duramos en silencio por largos segundos… Suspiro y me dijo aun sin mirarme:

– Lamento mucho informarle, pero el resultado no era lo que esperábamos;

( hizo una pausa y concluyo )

– Encontramos cáncer en su sangre, el cual esta … Ya esta muy avanzado …

Nunca sudaba, no recuerdo nunca en mi vida haber traspirado, pero mientras el señor de edad hablaba sentía como agua caminaba por mi espalda, sentí que la braga que llevaba puesta se me hacia cada vez mas pequeña, apretaba mi pecho, quise concentrarme en aquel sudor y no escuchaba lo que él decía..

– Señorita, esta usted bien.

Recordé aquel momento cuando me dieron la noticia que mi madre había fallecido, tenia solo 10 años cuando me quede sin ella.

Me tome mi tiempo, solo escuchaba la manecilla del reloj de pared que tenia aquel anciano en su consultorio su tic tac era cada vez mas lento, y el movimiento de el ventilador que colgaba de su techo desgastado mas rápido, coji el sobre que él sostenía en su mano lo tome y salí de aquel sombrío lugar.

Tire aquel sobre en la parte de atrás de mi auto de nuevo a mi casa, me acosté y me dedique a llorar, llore por todo y por nada, llore sin un porque, llore por todo por lo que no había llorado, llore por que no la tuve a ella en mis grados, en mi momentos especiales y por que no la tenia ahora, CUANTO HUBIERA DADO POR UN ABRAZO! de aquella señora, con un simple abrazo lo solucionaba todo, recordé cuando aprendía a montar en bici, me tropecé con una pequeña piedra caí y me raspe las rodillas, ella corrió a mi llamado me abrazo me dijo todo estará bien esto es parte de la vida. Necesitaba esas palabras, necesitaba esos abrazos ¡Dios cuanto la necesitaba. llore tanto que dormí como hace muchos años no dormía.

Días atrás mi secretaria me dijo que había llegado una invitación a un chawer de mi hermana, ella era la menor de 4 hermanos era su primer bebe, estaba feliz con la familia que estaba empezando a formar, mis otros hermanos eran mayores y también tenían familia, aveces se enojaban por que no tenia tiempo para compartir con ellos, tal vez debería ir y contarles lo que me estaba pasando, tal vez me harían sentir mejor, tal vez buscaríamos entre todos una solución, tal vez solo tal vez. Me medio arregle y fui a su casa, estacione unas casas mas atrás de la de ella, y vi salir dos pintorescas niñas creo que eran mis sobrinas, había pasado tanto tiempo sin verlas que no las reconocía, no lo podía creer, pasaban tantas cosas por mi cabeza tenia una telaraña en ella, me perdí de tantos momentos, tantas navidades, tantos cumpleaños, ya no habrá tiempo, se acabo el tiempo.

No pude entrar a su celebración, anduve en mi carro toda la mañana. Vi desde lejos un parque frondoso verde con vida, parqué y me baje, camine el sendero que llevaba a una pequeña fuente en la mitad de aquel parque, todo se veía bello habían personas paseando su mascota y niños jugando por todos lados, me senté en el prado y contemple los diversos colores que me mostraban mis ojos, la brisa besaban mis mejillas, sentí que no había hecho nada en mi recorrer por esta vida, nunca me detuve a pensar en lo que quería hacer si no en lo que debía, no pensé en lo que me gustaba sino en lo que pensaran, debí haberme comido todas esas hamburguesas a las que dije no, haber bailado hasta el amanecer los fines de semana, pude haberle dicho que si a ese chico que me invito a cenar en la primavera, tantas cosas que deje de hacer que quería, por hacer lo que debía. Tal vez el día que murió ella soló me puse un escudo y me blinde los sentimientos, me olvide de lo que era vivir y sólo me limite a lo que debía vivir, el miedo de que alguien mas me lastimara, el miedo a equivocarme, el miedo al que dirán, el miedo al pensar en que merecía algo mas; no me dejo avanzar. Si tenia lujos si tenia un grandioso apartamento, un carro espacioso, un buen lugar en la empresa de publicidad donde trabajaba, conocidos por los medios en los que me desempeñaba, pero dentro de mi que tenia? que podía decir que era mio? que podría llevarme de recuerdos, a quien marque en mi recorrido por el universo, que deje, quien me extrañaría, quien me recordaría; tantas preguntas sin respuesta… Porque no viví mas, porque desperdicie el tiempo, por que no deje el miedo atrás y me atreví a soñar…

sólo me conforme con lo material simplemente deje de soñar y hay es cuando muere la ilusión y los días son solo rutinas con horas, con segundos grises sin vida, no me quedaba poco tiempo de vida porque creo que desde que decidí ser gris había ya dejado de vivir. No debemos esperar un mal resultado para darnos cuenta que le hace falta vida a nuestra VIDA

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