Detrás de la luz

Nacer, morir. Todo ocurre detrás de la luz. Recordar es el secreto para comprender. Quizás nunca marchamos.

-Ahora es ahora, este es el presente que te despide, hacia el futuro que deberás escribir con lo que has aprendido una y otra vez a lo largo de tu existencia.

Ten en cuenta que jamás te encontrarás solo, pues nadie está solo en el lugar al que te diriges, más allá que muchas veces no te des cuenta de esto.

No busques respuestas en lo distante ni en lo complejo, allí tal vez no las encuentres. Ante las dudas que se te presenten, ve hacia tu interior, pues ahí es donde el universo se expresa de la forma más pura, aunque no lo notes de inmediato. Recurre a lo simple de las cosas para valorar lo que te rodea, de esa manera sabrás cuanto tendrás al alcance de tus manos.

Ten en cuenta que sentir no es simplemente un acto reflejo, sentir es lograr ver con los ojos del alma, entonces podrás observarte en todo la que habita a tu alrededor.

Siente con el alma y te reconocerás con otras almas. Si logras despojarte de todo aquello que te aleja de tu esencia, descubrirás el maravilloso mundo que

verdaderamente tienes frente a ti. Vive sin la pesadez de la codicia y reconocerás el verdadero valor de ser libre.

Aprende a perdonar, porque alguna vez te encontrarás tú mismo pidiendo que te perdonen.

Amor es la palabra que define todo lo que debes dar en este recorrido que ahora emprendes, aunque muchas veces a ti, se te sea negado. Si lo logras, entonces lo eterno y lo bello te envolverán en su luz definitivamente.

Ahora debes irte viejo amigo, ya no puedes demorarte más, pues hay quien te espera al final del camino.

De pronto aquel camino comenzó a cerrarse a medida que sentía como avanzaba hacia mi destino. Y si bien aún recordaba todo lo sucedido en aquel maravilloso lugar, las sensaciones que recorrían por mi interior, comenzaron a mostrar destellos de algunos sentimientos que durante mi estadía en la cápsula habían desaparecido por completo.

Era una clara señal, de que me estaba alejando de aquel sitio de manera acelerada. En varias oportunidades intenté darme vuelta, pero ni siquiera podía girar mi cabeza, aunque aún no sabía el porqué del motivo.

Una extraña energía me absorbía hacia ella, sin que yo pudiera hacer algo al respecto. En varias oportunidades pensé en utilizar mis brazos y piernas para frenar mi rápida marcha, aunque enseguida desistía de la idea, pues no quería desobedecer las indicaciones de mi viejo amigo. En ese momento intenté recordar algunos de sus consejos, pero me sorprendió como la mayoría de sus sabias palabras se habían esfumado de mi mente.

Nada me cerraba en esto que me estaba pasando, incluso llegué a dudar si no estaba ocurriendo algo malo en todo aquello. Ahora era más que innegable, que me encontraba lejos del lugar en el que había comenzado este recorrido, pues la duda y el temor eran sentimientos que no existían en aquellas tierras de ensueño.

Un torbellino de confusiones iba y venía, a medida que la energía se tornaba cada vez más fuerte, llevándome hacia ella rápidamente.

Entonces tomé la decisión de frenar mi fugaz marcha, pues debía intentar hacer algo para resolver esta inhóspita situación. Fue allí cuando descubrí que no podía controlar, ni siquiera sentir mis extremidades, es más, al cabo de unos pocos segundos, mis ojos, ya no eran capaces de distinguir absolutamente nada a pesar de percibir que se hallaban abiertos.

Todo se fue borrando de mi mente a la misma velocidad que mi acelerado viaje me impulsaba hacia el final del camino. Supe que me acercaba al final del mismo, porque de pronto una muy pequeña luz se dejó ver, como un punto apenas perceptible.

Eso me animó de tal manera que sentí de inmediato como la fuerza, que pensé que había perdido, se adueñaba de mi cuerpo otra vez. Volví a sentir mis piernas y mis brazos, y utilizando toda mi renovada energía comencé a dirigirme lo más rápido posible hacia la salida.

Observé que aquella luz, luego de cada uno de mis agotadores esfuerzos, parecía estar más cerca, así que ya no iba a detenerme hasta lograrlo.

-¿Y esos gritos? Me pregunté a mi mismo mientras oía claramente los gritos desgarradores de alguien que no podía ver entre tanta confusión.

-¿Y esas voces?

Se entremezclan las voces de varias personas con los gritos que ahora, se oían más nítidos.

En ese momento el miedo había desaparecido, solo las ganas de salir de allí, era lo que importaba para entonces. -Debo llegar hasta esa luz, ya casi lo logro. ¡Está tan cerca!

-¡Lo estoy logrando! ¡Es ahora o no lo será nunca!

Volví a realizar otro descomunal esfuerzo, sabía internamente que éste sería el último.

De pronto una luz muy familiar me atrapó, mientras sentía que mi cuerpo extremadamente exhausto, era trasladado por una extraña fuerza elevándome. Tuve un inmenso temor ante esto que me estaba pasando, abrí mis ojos y pude ver de manera borrosa varias siluetas que presenciaban el extraño cuadro.

No comprendía nada. Mi mente ahora sí, se encontraba completamente en blanco. Eso me asustó aún más, intenté gritar, quizás para pedir ayuda. Pero solo se oyó el llanto de un bebé, entonces miré mis manos, allí descubrí que éstas eran tan frágiles como pequeñas.

De pronto observé cómo una joven mujer, que se encontraba recostada, extendía sus brazos para alcanzarme. Se acomodó mientras me abrazaba, corrió el cabello ondulado que cubría su rostro y de inmediato sentí como nuestras almas se reconocían solo porque ella, era mi madre.

Entonces una voz tan familiar como acogedora me abrazó el alma, como dándome la bienvenida al lugar al que acababa de llegar, llenando de mágica luz aquel momento.

-Te das cuenta viejo amigo, aún no te habías marchado y ya estabas volviendo.

Mi vida, acababa de comenzar.

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