Empezamos a ser como eran ellos cuando les conocimos

Empezamos a ser como eran ellos cuando les conocimos

Empezamos a ser como eran ellos cuando les conocimos. Cuando les conocimos -me refiero a los mayores- rondaban la edad que tenemos nosotros ahora. Cuando les conocimos, eran mayorcísimos; o eso nos parecía. Cuando les conocimos eran papás, o tíos… Y eran los mayores; y los mayores tenían en torno a treinta años… Y eran mayorcísimos… Y, de repente, empezamos a ser como eran ellos. Y ya, algunos de los niños no son tan niños; incluso a alguno le empiezan a asomar las primeras canas, aunque todavía discretas… Y los mayores ya no son tan mayores; o sí, son mayores, pero nosotros no somos tan pequeños… Y ya no les hablamos desde abajo, ni miramos hacia arriba, y les entendemos cuando hablan de política, y cuando cuentan chistes los entendemos y nos reímos… No como antes, cuando les conocimos, que hablaban de cosas de mayores, y no entendíamos nada, y contaban cosas de antes, de cuando no estábamos. Y no podíamos comprender que ellos hubieran estado antes; incluso no entendíamos que, antes de llegar nosotros al mundo, el mundo existía y pasaban muchas cosas. Y menos aún entendíamos que papá hubieran sido pequeño, y menos entendíamos aún que la abuela hubiera sido pequeña, eso sí que era imposible, y ya era el colmo lo de que papá y el tío eran hermanos, porque los hermanos son pequeños y viven juntos y juegan… Y de repente, solo ha pasado un poco de tiempo, muy poco, y ya empezamos a ser como eran ellos cuando les conocimos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS