Otra vez, un día mas

Otra vez, un día mas

GastónNiet

01/02/2019

Me despierto. Siento que comienza, lo veo venir… Mi cabeza. Otra vez, un día más. Me arden los ojos y no los quiero abrir. Surgen las preguntas de siempre: ¿Hasta cuándo, es necesario? Y el clásico: ¿Por qué a mí? Como si fuésemos más importantes que los demás, como si no fuésemos un granito de arena en la caja de residuos tóxicos del gato llamado universo. Agregar el “a mí” implica que preferimos, deseamos que fuese a alguien más. Mientras uno esté bien, egoísmo. Siempre al principio y al final el egoísmo, razón de toda acción y pensamientos humanos, característica universal del ser.

“Empatía”, muchas veces sólo existe con uno mismo, hasta en las conductas más “humanas/bondadosas”, incluso cuando creemos que estamos siendo “buenas personas”: “Quiero que estés bien, cuídate, me muero si te pasa algo”, queremos que el otro esté bien porque de lo contrario lo sufriríamos, sentimos una empatía selectiva, nadie daría todas sus pertenencias o prestaría su casa a todas las personas en situación de calle pero todos queremos que estén bien, nos limpia la consciencia. Como si fuésemos más importantes que alguno de los demás millones de animales, curioso, algunos siguen pensando que no somos animales, no avanzamos más. ¿No avanzamos más? Soberbia, segunda característica universal del ser, necesaria a veces, lo somos casi todo el tiempo, sin ir más lejos y retomando él ejemplo: nos creemos más importantes que las demás especies que habitan y habitaron el planeta Tierra. “Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza”, soberbia.

Si existe un dios, que claramente no es el barbudo blanco de ojos claros y melena castaña, nosotros debemos ser el canal de comedia que mira en su televisor. Se sienta, toma el control y ríe: “Repiten sus errores una y otra vez, no aprenden, oprimen a sus hijos, los niños ¡Su futuro! Después de siglos de capítulos no han aprendido nada. De vez en cuando surgen luces que arrastran a los demás ¿Para qué? El fin se acerca igual, no saben lo que viene. Esas luces han estado siempre, pero las masas en todo tiempo (tiempo, hasta inventaron un instrumento de números para esclavizarse a sí mismos) han repetido siempre lo mismo, como sus montañas rusas. Rusos, se han dividido a sí mismos como si no fuesen toda la misma raza, algunos siguen pensando, después de tantos años que existen distintas razas en la especie humana”. Sus científicos ya concluyeron que son sólo una. Su adorada ciencia, creer o reventar, “según un estudio, según la universidad de…» los mejores chistes, todavía no han podido definir si los mantengo soñando eternamente o si realmente viven esa realidad, no pueden confiar ni en sus sentidos, solo en que dudan, “pienso luego existo”, no pueden responder a la nueva pregunta: “¿Y si todo esto fuese una realidad virtual?” Virtual, otro instrumento de autoesclavización”.

Dije comedia, pero parece terror, si Dios ríe con esto es un ser bastante perverso, y no es para menos, solo basta mirar el caos en la “realidad”, una batalla que el “bien” viene perdiendo por goleada, “bien y mal” creaciones de las cuales quizá estaría satisfecho Dios, aunque más que creaciones o imposiciones son descripciones de conducta u herramientas de dominación, construcción de mentes dóciles.

Pasaron sólo 5 segundos ¿A dónde me fui? ¿Algún día va a parar? Lo temo y deseo ¿Por qué no puedo ser uno más? Diferente no es mejor ni peor, es diferente (pobre lenguaje, usado en pos de la victimización todo el tiempo). ¿Por qué no puedo simplemente ir a un edificio con los demás animales, un día a la semana, pactado por otros animales que se han guiado por las palabras de otros animales, a decirle de rodillas a un ser mágico con forma animal (de todos los planetas, en todas las galaxias de la infinitud finita del universo, el ser mágico que inventó todo lo que existe tiene nuestra imagen y habitó nuestra tierra ¡Qué logro! ¡Qué soberbia!) que resuelva todos mis problemas, que me cuide, que se que me observa (el bien y el mal, dominación). Y si tenemos algo de tiempo entrar a una casilla a pedirle a otro animal que perdone nuestras ofensas en nombre de Dios, alguien es capaz de curarnos en nombre del creador, más soberbia.

Pero ¿A quién le hace mal un poco de soberbia? Al final toda moral humana es hipócrita, sólo varia en la graduación. Necesito paz, y pensar que algunos necesitan morir o sacrificarse para conseguirla. El error de creer que venimos al mundo a ser felices, es en realidad, un buen error, motor del movimiento del cuerpo (cuerpo y alma, uno solo). Quizás mi error es no cometer ese error.

Abro los ojos y me derrumbo, estoy cansado, no quiero seguir, se viene todo mi mundo abajo y cae sobre mí (“mi mundo” en oposición a “todo el mundo”, sino ya es exceso de soberbia). Me apoyo contra la pared. Una sensación de debilidad acompañada de muchas emociones me recorre la piel y la eriza generando más sentimientos. Es lindo, aro y triste a la vez. ¿Cómo llegué acá? ¿Qué pasó en el camino? Si yo disfrutaba y era feliz en tiempos pasados. Luego reflexiono lo último un poco más y dudo: ¿Alguna vez fui feliz? Seguramente, ¿Podría saber qué es la felicidad si no la hubiese experimentado en carne propia? Agarro mi cabeza, me pregunto: ¿Me estoy volviendo loco? ¿Hay alguien que no esté loco?

Hago fuerza para llorar, el bloqueo es visible, hace tiempo no sale una lagrima de estos ojos, con suerte puedo desahogarme 3 días al año, sin esperanzas sigo intentando soltar este nudo en mi garganta.

Estoy llorando, comienzo a soltar una carga. Es un grito del alma, incluso hasta sonrío entre tanta tristeza, vienen a mi menta más preguntas, tantas que no me es posible frenar para pensarlas.

Respiro, logro seguir, por ahora… He arreglado componentes, por supuesto no del todo, quizá haga falta otra crisis existencial.

G.C.

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