11 de marzo

Cuando las personas lo notan todo es diferente,

todos tus pensamientos y acciones están colgando de un hilo negro.

La verdad y La mentira.

Todos tratan de que te olvides o de que ya no te importe,

pero ellos saben muy en el fondo que todo lo que has dicho es cierto

y que nunca logrará cambiar,

que se supone que diga ahora,

con que cara miraré a los demás,

con la cara de desgracia y penuria,

con la linda mascara de la paz y armonía.

Todos piensan que me he vuelto loca

solo porque han visto mi verdadero yo,

pero lo que ellos no saben es que este último es el que me acompaña

y que me ayuda siempre a contar en las noches

cuando abordan los momentos llenos de algo oscuro

que se esconde en mi interior y solo encuentra su salida en la soledad de mi alma.

Algo que crece en mi estómago en el almuerzo,

algo que aparece en mi pecho en la cena

y algo que se escapa en las madrugadas por mi boca.

Ese sentimiento que siempre esta ahí y solo en ese momento sale a flote

a la oscuridad de la noche,

la única que se siente comprometida y entendida por el.

Ahora todos saben de mi triste realidad

y no se que haré para confrontar esto,

tal vez haré como que nunca paso nada

y que todo fue un producto de algo tonto que quería inventar,

un personaje que en ese momento quise crear.

Aunque yo de verdad sepa que esa es mi realidad,

mi realidad es que ya no puedo con el aire,

mi realidad es que ya no tengo ganas de más,

mi realidad es la de llegar a hacer cosas estupidas para conseguir una respuesta o un por qué,

mi realidad es seguir viviendo por vivir,

porque ya no tengo sentidos por los que seguir.