Endecasílabo del perdón

Endecasílabo del perdón

gert pregel

05/09/2018

No nos hemos entendido.

Una herida me escuece,

-el tonto crónico enloquece-,

con la yugular henchida,

como avispa malherida,

tiro un dardo envenenado.

No controlo mi enfado,

hiero con saña, mi amor!

Incrédula, y con dolor,

te retiras de mi lado.

Tu alma llora mis ofensas.

Me lo dicen tus ojillos,

humedecen tus mejillas,

no intuyo lo que piensas.

Orgullosas faces tensas,

entrecrúzanse misiles,

acusaciones infantiles.

Cómo duele, corazón!

que te falle sin razón,

por motivos tan futiles.

El silencio hiere y corta,

sabe como amarga hiel,

gallinácea es mi piel.

Hago ver que no me importa.

Mi voz parece alicorta.

Enmudezco, me resquebrajo

y de repente, me rebajo.

No entiendo lo que hacía,

el argumento es utopía,

he perdido el desparpajo.

Viene desde lo más hondo

el malhechor pierde desdén

me siento pródigo también

el ego queda muy lirondo

mientras tú adquieres fondo.

Quiero pedirte me perdones,

pero no tengo cojones.

Con los ojos abrumados,

contrito estoy, y humillado,

me sobra ego a montones.

Cuando logro por fin hablar

entrecortado, me prodigo

y no sé ni lo que digo

que siento mucho mi enfadar

y me perdones mi gritar

Te quiero mucho, corazón,

siento una enorme desazón.

Tengo un nudo al decir,

ahí perferiría el morir,

soy crónico, soy tontorrón.

De repente, lo puedo sentir

inesperadamente

inmerecidamente

mi ojo se llena de ti

me has sonreído a mi

comprendo que has perdonado

que tu amor me ha ganado

que me quieres de verdad

mi corazón tu heredad

tu amor me ha salvado.

Majadahonda, septiembre del/18

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