Sueña despierta, Oria

Sueña despierta, Oria

Brian David V. M.

29/06/2017

Su imaginación era poderosa. Tal vez no había nacido otra persona en el mundo que pudiera sentir, con tal autenticidad, lo que Oria sentía cuando imaginaba. Era como estar ahí de verdad, más bien… era como viajar al instante a donde quisiera.

Resultado de imagen para imaginacion“Había una vez…”, “…volaron hasta la montaña..” decían los cuentos…, esos que tanto amaba leer Oria, de esos que hablan de hombres, niños y princesas viajando a lugares extraordinarios. En aquellas historias abundaban las hadas, duendes, monstruos, héroes y heroínas. Y ella amaba leer porque, con cada palabra, lograba hacer que su mente viajara a cualquier lugar que las letras crearan. Los grandes bosques, rodeados de altas montañas verdes con cimas nevadas, los cielos descritos con el perfecto azul celeste y adornados de nubes blancas, el viento fresco y gradual, el aroma a hierbas de la naturaleza, el sonido de los animales, todo lo podía sentir.

Resultado de imagen para mundo fantastico

Oria era muy inteligente, había aprendido a leer a los tres años, pero aun con su capacidad superior, teniendo apenas siete años, deseaba ser niña. Ser niña era su más grande tesoro. Con su escasa experiencia, entendía que tenía una larga vida por delante, y deseaba aprovechar esa vida para viajar de la manera que le fuese posible.

No importaba que sus padres no tuviesen dinero siquiera para ir a otra ciudad. Ella había nacido con un don casi perfecto. Solo debía tomar un libro entre sus manos, y su vívida imaginación transportaría su íntegro ser al sitio descrito.


Una noche, Oria se encontraba sentada sobre una gruesa rama del árbol de su casa. Observaba maravillada, admirando la extensa vegetación iluminada por la luz de la luna llena. Sostenía en sus manos un libro de relatos espaciales y una pequeña linterna. Vivía en los lugares más apartados de la ciudad, desde ahí el cielo nocturno exhibía una cantidad rebosante de estrellas. Los grillos hacían su peculiar sonido, se podía escuchar el silbar del viento contra los árboles y, por fortuna, no había señal de algún camión cercano ni de su ruidoso motor. La noche era excelente para viajar hasta el espacio.

¿Cómo se sentirá volar hacia la Luna, rodearla y seguir hasta ver de cerca cada planeta? ¿Será una experiencia aburrida, o un espectáculo grandioso? ¿Cuántas cosas habrá afuera que el hombre nunca ha imaginado? Oria podía descubrirlo si lo deseaba, con solo cerrar sus ojos despegaría desde la rama y volaría por el espacio. Podría vagar por el universo y contemplar planetas y estrellas más allá de cualquier límite.

Abrió el libro y comenzó a leer…

Sí, la niña sintió cómo viajaba en una nave espacial. Pudo ver con absoluta claridad a las personas que la acompañaban, y cómo ellos la miraban y sabían que podía verlos.

Viajó por la galaxia, visitando planetas repletos de especies sorprendentes. Miró a civilizaciones tan avanzadas, que no necesitaban de un planeta para subsistir. Pisó la superficie de un planeta completamente distinto a la Tierra. Comió frutas con formas increíbles, platillos con suculentos e indescriptibles sabores. Escuchó sonidos que nunca escucharía una persona normal. Una noche más de emocionantes aventuras.


Para su mala fortuna, existía un problema (no se trataba de el hecho de que las demás personas no podían comprobar su talento): mientras estaba despierta era capaz de controlar sus pensamientos, sentir lo que deseara. Sin embargo, los sueños de Oria eran tan impredecibles como los de cualquiera y, por ende, si llegaba a sufrir alguna pesadilla, su don se convertía en una maldición, llevándola incluso a despertar gritando en la noche, por sentir verdadero dolor ante las atrocidades que le ocurrían durante sus malos sueños.

La curiosidad estaba presente en Oria, como en todos los niños deseosos de explorar nuevas cosas. Por tal motivo, no era raro que si encontraba un libro, distinto a lo habitual, lo leyese hasta la última página. Lamentablemente, ese hábito terminó por acarrearle problemas. Sin nadie que estuviese para guiarla; alguien que conociera su secreto, ella se encontraba expuesta, vulnerable ante el potencial peligro que representaba su capacidad especial. Fue su inocencia, sus ganas de saber más, lo que la hizo acabar de leer aquel sucio libro; un viejo libro de pasta dura que había encontrado en casa de sus tíos, oculto entre un puñado de objetos olvidados en un armario. Contenía relatos aterradores, tan crudos, que la niña nunca hubiese siquiera sospechado la verdad de su naturaleza: eran verídicos. Y fue a partir de ese libro, repleto de palabras y nombres extraños, de descripciones bizarras, que Oria inició con la mitad siniestra de su preciado don. Las noches estaban por convertirse en un juego de lanzar la moneda al aire, donde un lado presentaba sueños grandiosos, llenos de aventuras geniales y placenteras; y otro prometía que sus sentidos se estimularían de forma desagradable, pasando por tétricos paisajes, huyendo de espantosos seres que la atormentarían.

Después de vivir las consecuencias de su extraño interés por la adrenalina, Oria llegó a la conclusión de que debía evitar a toda costa las historias de terror. El dolor que sentía en sus pesadillas era real, y por eso prefería los cuentos donde los héroes ganaban; quería ser como ellos: fuerte, valiente, decidida, y lograr salir adelante ante los peligros que se atravesaran. Le esperaban muchos años de viajes mentales de experiencia realista, así que le sobraban razones para elegir con cuidado sus futuros libros.

Soñé que caminaba sobre un hermoso lago azul. El agua era como un fresco colchón bajo mis pies.

Iniciaba la primavera, aún quedaba nieve en los árboles.

Escuché a las ardillas, y a las aves que volvían.

El leve viento movió mi cabello; fue agradable.

Vi un montón de flores preciosas. Caminé hacia la orilla, a donde estaban; había de todos colores.

Mi sueño fue muy bonito, pero…, no sé por qué él me miraba. Yo solo preparaba un ramo, y él me miraba desde allá… desde la penumbra del bosque; quieto, sin expresión, con esos ojos tan oscuros. Sentí miedo.

Resultado de imagen para monstruo en el bosque

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS