Muchos hemos sentido a lo largo de nuestras vidas el sentimiento de tristeza y soledad, los cuáles inundan la mente y el corazón de recuerdos ingratos, que aunque lento han ido destruyendo la voluntad propia. ¡Detente! Es lo que debes decirle a esto, levántate, renueva tus fuerzas tal vez con un café, no se cual sean tus gustos, pero haz lo necesario para darte ánimo ; no te pido que finjas una sonrisa, solo te pido que sin planes y sin maletas te subas en un viaje. Mira por la ventanilla como te alejas de ese lugar y sentirás como te alejas del dolor. En un lugar diferente, sin ruidos ni contaminación, creando una aventura y rompiendo la monotonía olvidarás lo que un día te hizo llorar.
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