El camino equivocado

De: luisito1975@gmail.com

A: mmmatesanz@gmail.com

Objeto: llamada de auxilio

Después de viajar por extraños mares verdes con hipopótamos bailarines, por tierras azules arrasadas por colchonetas con bicho, por páramos de libros disecados al sol, he llegado al final para volver a iniciar. Me resigno a transitar de ser gratuito y mudo testigo de escenarios bizarros y composiciones arbitrarias a pagar el precio de tener que decidir ante dos caminos parecidos geométricamente, el ying y el yang, el sol y la sombra, la desnudez de unas piernas y la ocultación de una cara por un sombrero con ala. Los hexágonos, los rombos, las escaleras simulan la facilidad de un camino domesticado, humano, formado; no obstante, ocultan la pérdida que conlleva el camino no elegido. Si me voy por la derecha se quedarán en un baúl sin cerradura ni llave imaginable el viaje posible que nunca haré, por ejemplo un encuentro con el filósofo que me indicara el camino hacia la Verdad, conocer a la persona que me mire como el objeto de su deseo, contemplar la obra de arte más bella, comer la fruta más jugosa, o deambular la tienda de tés más grande y variada de toda Asia. Me quedé parado ante las dos alternativas y temblé de miedo. Quise mostrarte mamá que ya soy mayor, que puedo valerme por mí mismo, que no necesito más cosas que las pocas que llevo en esta bolsa del hiper. Ay, mi mamá, como te echo de menos, como me envuelves con tu cuerpo y nos encajamos como dos piezas de puzle. Mientras te lees te reirás y pensarás ya te lo dije. Tenías razón, tu no cabes en mi bolsa y no puedo viajar con tan pocas cosas. Me fui por el camino de la izquierda y me encontré con un atracador que me quitó veinte euros con cincuenta y el móvil, había un grupete de chicos que se reían continuamente de mi mala ventura, luego pisé una caca y unas viejas me llamaron la atención por decir tacos. Por favor mamá, venme a buscar, tengo frío y hambre, te espero en la tienda de apple del centro desde donde te escribo, no hace falta que cojas el coche, está fatal para aparcar.

Besos:

Tu Luisito