Viaje al fin de uno mismo

Viaje al fin de uno mismo

Empecé a sentir en la nuca la mirada de los demás, avanzaba ya tarde por la zona más canalla de París, había sorteado algunas pequeñas aglomeraciones que se pretendían improvisadas, eran realmente representaciones milimetradas. Y a mi no me la daban, me crié en un barrio de Madrid aterrorizado por la banda del rata que te robaba las zapatillas y te extirpaba un pezón con el alicate, o eso se decía. Te ibas a casa descalzo y desangrandote en el mejor de los casos.

Continuará…

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