No es solo el mejor viaje

No es solo el mejor viaje

No puedo creer el hecho de que estés tan lejos, cada vez me decía a mí mismo “El día de mañana iré a verte” y siempre se presentaba un inconveniente el cual arruinaba mis planes, me vine a Rusia por cuestiones de trabajo y en tan solo un mes que tengo aquí quiero devolverme e ir a verte.

Esta vez me he decidido, es el día 31 que paso en este lugar pero esta vez sí voy a tu casa y nada se interpondrá. Me estoy vistiendo y tú me llamas para darme los buenos días como siempre, contesto el teléfono y lo primero que escucho es tu voz diciéndome

-Te extraño Elvis, quiero que vuelvas.

Escuchar eso solo me dio una idea…

-Yo también te extraño Katiuska, no puedo ir aun.

¡Le mentí! Realmente no podía aguantar las ganas de ir a verla. Luego de haber colgado la llamada termine de alistarme para ir a España mi verdadero hogar, pase primero por la oficina para pedir el día y sin ninguna novedad me dieron libre toda la semana.

Me dirigía a mi hogar cuando repentinamente me llamaron de mi oficina “Seguramente me necesitan para algo” Si realmente quería que nada se interpusiera lo mejor era no contestar esa llamada, mi celular tenía más de tres llamadas perdidas y aun así preferí ignorarlo.

Luego de haber llegado al aeropuerto mi celular nuevamente tenía una llamada pero esta vez era de otra persona, era la llamada de un vecino que me decía que habían personas sospechosas cerca de mi departamento, aun no podía retornar por lo tanto colgué sin haberme preocupado por las cosas que tenía allá.

Ya me había subido al avión y lo peor de todo consiguió actuar, la línea que se dirigía hasta España decidió no trabajar el resto del día, yo no podía esperar hasta mañana y sin siquiera haber escuchado la razón del porque no trabajarían hoy me baje del avión y llame a un amigo, él tenía un jet y le pedí que me llevara hasta allá pero hubo otro problema, él estaba enfermo y no podía llevarme, aun así fui directamente a donde estaba su jet y conseguí a otra persona que podía hacerme el favor de llevarme.

Era increíble que se presentaran tantas cosas como intentando detenerme pero no podía dejar pasar esta oportunidad en la cual quería sorprender a Katiuska.

Estaba aterrizando en España, por suerte para mí el amigo que era dueño del jet tenía su aeropuerto privado. Estando allá tome el primer taxi que vi y le pedí que primero me llevara a una pastelería para comprarle algunos chocolates a Katiuska, sé que le encantan y eso le gustara mucho, cerca de la pastelería había una floristería en la cual compre unas cuantas rosas.

Al haber llegado a mi casa estaba muy nervioso como para entrar, la llame a su celular y el tono parecía eterno, había repicado tanto y cuando revise mi celular tan solo habían pasado 3 segundos. Ella contesto y no tenía mucho que decir, lo primero que vino a mi mente fue…

-¿Me extrañas? –¿Por qué hice esa estúpida pregunta?

Ya conocía la respuesta que ella me daría pero aun así quería escucharla.

-Por supuesto que te extraño, no sabes cuánto te he pensado el día de hoy.

Quería gritar “Ábreme estoy afuera” Pero a la misma vez algo me detenía.

-Me encantaría que me lo dijeras ahora mismo.

-Te he pensado…

En ese instante, en ese pequeño instante la interrumpí para decirle.

-No, quiero que me lo digas en persona.

Ella por un momento suspiro y dijo con voz ronca -Sabes que no puedo ir, tengo que estar aquí.

-¿Y qué tal si soy yo quien voy hasta allá? –Mis palabras salieron sin haberse retenido por un momento.

-Yo también quisiera Elvis, tan solo tu trabajo no te lo permite.

En ese momento suspire antes de decirle -Si me extrañas tanto, ¿Por qué no me has abierto la puerta?

Ella quedo en silencio por un momento y fue cuando grite a todo pulmón “Ábreme tonta que quiero decirte cuanto te amo” allí fue cuando la puerta se abrió y allí estaba ella, con sus ojos a punto de llorar, y antes de que ella me abrazara vino una niña desde adentro corriendo hacia mi diciéndome -Te extrañe mucho papi.

Ese fue el mejor viaje de mi vida, y siendo el dia 32 me levante de la cama y me di cuenta que todo era un sueño, estaba en mi departamento y aún seguía en Rusia, fue cuando me di cuenta que en realidad no solo fue el mejor viaje de mi vida; si no también, el mejor sueño de mi vida.

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