Jamas había conocido el mar, no sabia que era salado, no tenia idea de su inmensidad a pesar de haberlo visto en películas, mucho menos tenia idea, de que tuviera tantos colores azules, y tampoco sabia que el nadar en sus aguas podía fatigar mas rápido que correr durante unas 6 horas en una cancha de fútbol.
El momento en el que me sumergí, lo hice sin chaleco, y con la confianza de que iba a poder nadar durante horas hasta lo mas profundo que pudiera, pero que gracioso fue verme cansado con tan solo unos minutos de estar en el. El muy maldito me venció en dos minutos y medio, el bote en el que estaban los chalecos se había alejado por la marea, y en este momento me encontré con el que fuese, el reto mas grande de mi vida, alcanzar el bote nadando contra la corriente, aproximadamente 5 minutos en los que me sentí impotente, por que cada vez que sentía que me acercaba, en realidad estaba a la misma distancia.
Si no hubiese sido por quien manejaba el bote, hubiera estado en esa situación durante una media hora, al final tal vez me hubiera rendido.
en ese viaje aprendí que hay cosas bellas pero despiadadas, y el bote y la marea me dejaron una gran lección.
Aun espero volver en algún momento, para mi revancha contra el mar, contra esa marea que me empujaba en contra de mi objetivo, y contra ese bote que se alejaba a pesar de mis esfuerzos, y para ese maldito bote, quiero que sepas que te voy a alcanzar, para la bendita marea, que no me voy a cansar, y para el majestuoso mar que no le debo temer a su inmencidad.
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