Un director que ama su trabajo.

Hoy fue de esos días pesados, ocurre que a veces los actores no se conectan, con la descripción del director para una escena, así que mi frustración como director crecía al igual que mi estrés.Solo pensaba en llegar a casa y tomar una ducha caliente, encender un cigarrillo y reflexionar acerca del día, tal vez haciendo introspectiva me daría cuenta de algún error en mi manera de transmitir una idea, no quería descartar que fuera yo el equivocado. Pero el productor me saco de mi fantasía, al decirme que debíamos ocupar todo el día para filmar, dado al presupuesto que manejábamos.

La protagonista de la película, aquella actriz que el estudio nos obligó a contratar, sabía de actuación, lo que yo sabía de mecánica industrial, es decir, nada. Sin embargo hablaba de su mucha experiencia y talento que según la llevo a ser reconocida, no existía nada más cabreante para mis oídos que escucharla.

Pese a los complicaciones ya era hora de dejar de lado, lo que no podía hacer y ocuparme de lo que podía hacer. La verdad era que siempre conseguía la manera de cumplir con el cronograma y resolver dificultades, pensar en el resultado final era tan gratificante, que estimulaba el desarrollo del proceso.

Hable con todo el elenco y mande con el asistente de dirección, instrucciones básicas que explicaba prácticamente con palitos, manzanas y peras, como era la escena para la protagonista y esta al parecer entendió. Había descubierto de mí, que tal vez era digno de dar clases en docencia básica, había descubierto de mi tanto que tal vez ese día descubrí algo esencial, algo muy importante y todo comenzo al escuchar ese grito.

-¡TÚ, HASTA CUANDO TÚ!

-Perdón, esta será la última.

-Ya me tienes cansado, siempre tardas más en tu descanso, viendo a esa gente del frente haciendo cine.

-Esta será la última, puede quedarse con las propinas .Gracias por el empleo.

-¿Y qué piensas hacer?

– Voy a prepararme, seré director.