La profesión más antigua del mundo

Hoy fue uno de esos días en los que me hubiera gustado ser una trabajadora, estar en mi puesto frente al computador, estresada con el excell, ingresando bouchers, facturando y enviando e-mails a mis «Estimados» jefes. Pero, de un porrazo literalmente volví a la realidad, mi pequeño de 1 año 4 meses, que no hay caso no se acostumbra a la comida de la sala cuna, no se acostumbra al clima de esta nueva ciudad… ufff !!!

Con el pasar de las horas entiendo que sigo siendo una trabajadora, una dueña de casa, una trabajadora explotada 24/7/365, con un sueldo pagado de abrazos, besos, palabras de cariño y un montón de losa, ropa, responsabilidades y menús para preparar a diario. Eso si existe una función en mi empleo que me destaca es que tengo una capacidad para soportar y tolerar cambios de animo que pasan de blanco a negro en segundos, ese es mi mayor logro.

He decidido que esta empresa necesita darle unas vacaciones a su Gerenta General, esto con el fin de que su mente pueda estar en paz y su espíritu no se oscurezca, eso sería maravilloso, sin duda, por ahora mis vacaciones mentales me las tomo de regreso montada en mi bicicleta después de dejar a mi pequeño en la sala cuna y oler el exquisito olor a eucalipto que llena mis pulmones y energiza mi mente; ese es mi momento.

Solo espero que algún día mi trabajo y el de muchas sea reconocido y compensado si no es con un sueldo que sea con buenas imposiciones que nos aseguren una buena vejez, por que de amor no se vive.