Borrador, con mayúscula.

Aquí comienza tu aventura… Bonitas palabras aunque probablemente falsas.

Me he decidido a participar en un concurso de escritura porque, precisamente, me falta el dinero y el trabajo. Me he inscrito, creo, en un concurso para explicar experiencias laborales ya sean propias o ajenas a mí y, a no ser que sea un tipo de reivindicación o algo así, me parece muy irónico que en un país donde el trabajo cada vez escasea más y más motiven a aquellos, problablemente desgraciados, que aspiran a la fama o simplemente al dinero dentro de internet. Admitiré ser del segundo tipo.

Hace ya tiempo (sí, empiezo a contar mi vida) fui una de esas personas que aspiró a ser idolatrado por sus dotes de escritura, probablemente nada comparables a las de otras personas que puedan escribir en el concurso en el que participaré, y ser así el heroe de barrio de turno con los «¡Que bien escribes!» y los «Tú un dia seras famoso chico…»

Esta última era de un profesor de historia, el cual desconozco si vive aún, que al enterarse de que estaba escribiendo un libro a mis diecisiete años y no trataba de dragones, magos o cualquier mierda por el estilo insistió, quizá en demasía, en ayudarme aunque siendo yo como era por entonces rechacé tajantemente la ayuda de lo que para mí era una desconocido que me conocía única y exclusivamente porque en su momento quiso ganar dinero de una forma relativamente fácil con sus vacaciones de verano y demás. No, no presupongo sus motivos, él nos lo contó un día en clase… Al menos era sincero.

Era joven y lo que no me esperaba era que lo que más importancia tenía no era la fama, sino el dinero. Así que me vi forzado a dejar mis estudios y comenzar a trabajar (¡Adivinidad de qué!) de camarero. Tampoco me molestó, siempre quise experiencias nuevas y los primeros años aprendí con ganas el arte de la hostelería, si es que arte se le puede llamar, y llegué a ser incluso bueno en lo mío. Luego aprendí que todo aquel que llevaba más de tres años en hostelería era porque tenían un poder especial con las propinas o la caja el cual yo nunca llegué a poseer. Imbécil de mí, pero cierto al fin y al cabo.

Entonces me dije: Voy a cambiar… Y cambié. hice un curso de vigilante de seguridad, un curso muy interesante en los que entraba jurídica, primeros auxilios, armamento, psicología y demás cosas a cada cual más entretenida aún. Y después los exámenes, las pruebas de la policía (que no son para ser policia) y demás historias para finalmente descubrir que un vigilante es una persona que llega, mira película y se va. Y la mayoría de ellos son trolls de la cavernas con cero de buena presencia y bastante estúpidos. Asique otro trabajo fallido, solo que este era aburrido y no había ni mujeres ni propinas.

Y así podría seguir, contando mi vida profesional, un curriculum hecho relato ¿Qué os parece? A mi me parecería una basura pero, por suerte, nunca he tenido los mismos gustos de la gran mayoría.

Asique aquí estoy, leyendome las bases de un concurso irónico donde los haya para convertir la única habilidad apreciable de mi ser en lo de siempre: Dinero.

Las bases son las normales en un concurso, no es que haya participado en muchos pero suena lógico todo, menos lo de la inversión de quinientos euros. Con esas cosas nunca me he aclarado ¿Soy yo quien los invierte? Y si es así ¿Para qué? Para tener la posibilidad de ganar otros quinientos si quedo el primero… No creo que sea así, si así fuere no habría cuarenta y cuatro participantes. Pero vamos, nunca pienso subestimar la estupidez humana. En cualquier caso debería dejar de pensar y divagar, me suele ocurrir, y empezar a pensar como haré la… ¿Publicación? ¿Así se llama? Quien sabe… Soy un «escritor» que no sabe como llamar a las cosas… Quizás tenga más de filósofo, aunque no lo creo.

Bueno creo que empezaré con la idea de escribir el como escribo mi «publicación» por supuesto no tendrá nada de verdad y cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia. Total, si escribo por dinero también es una experiencia laboral, creo. Bueno, vamos a darle click aquí y… Listo. Empecemos.

Aquí comienza tu aventura… Bonitas palabras aunque probablemente falsas.