La melodía de Dorian Gray

La melodía de Dorian Gray


…Al entrar, encontraron, colgado en la pared, un espléndido retrato de su amo, tal como le habían visto últimamente, en toda la maravilla de su exquisita juventud y su belleza. Tendido sobre el suelo había un hombre muerto, en traje de etiqueta, con un cuchillo en las manos. Estaba ajado, lleno de arrugas y su cara era repugnante. Hasta que no examinaron sus anillos no reconocieron quién era.

Al terminar de leer la última página del libro que me habían recomendado, lo cerré con asombro con ese final, jamás me lo hubiese imaginado: entregar tu alma para tener la juventud eterna, es algo loco, pero no lo culpo quien no quisiera ser fuerte, joven y hermoso toda su vida; yo lo haría sin dudarlo…

Me levanté de la cama, poniéndome mis sandalias para salir a comprar unas cosas que ocupaba para una gala que tenia esta noche y antes de salir me doy un vistazo en el espejo, tengo que admitir que no era lo que yo quería ver; no tenia los rasgos que una dama de mi clase. A veces me gustaría volver a tener 20 años, volver a esos años donde los hombres hacían fila por mí, ser la envidia de todos; lamentablemente esos días habían terminado y aunque quisiera no regresarían.

Las campanadas del reloj de la catedral marcaba las 5:00 pm, faltaban 3 horas para la gala y apenas había terminado de comprar la ropa que ocupaba, tenía muchas bolsas en mis manos, estaba cansada y solo quería llegar a mi casa hasta que me detengo en una tienda de antigüedades que me parece muy linda a primera vista, miro mi monedero y veo que todavía traía algunos dólares, creo que me serviría para comprarme alguna joya para usar esta noche, sin perder tiempo entro a la tienda al escuchar el sonido de la pequeña campanilla que anunciaba mi llegada; dejo las bolsas en el suelo e inspecciono la tienda para ver que había de nuevo ahí, hasta que mis ojos se fijan en una vitrina donde se encontraba una de las joyas más hermosas que había visto en toda mi vida: un hermoso collar de diamantes, que parecía que cada vez que lo veía brillaba mucho más. Llamé al encargado de la tienda que lo sacara de la vitrina para verlo mejor; al dármelo en mis manos me lo puse en mi cuello y vi cómo me quedaba, pero me desanimé porque a una mujer más joven le quedaría bien, no a mí, una cincuentona que ya se le empezaban a tonar las arrugas en el cuello…

-“le queda muy bien, señorita”-dijo el encargado, un hombre joven-“un collar muy hermoso merece que lo lleve una dama elegante e ilustre como usted”- si lo que quería era venderme ese collar, era muy buen vendedor porque al final lo terminé comprando. Al estar en la caja, el joven me da la bolsa con el collar y antes de irme me da algo: una pequeña caja musical que con solo su sencillez la hacia ver hermosa; la quedé viendo confundido y levanté mi vista para volverlo a ver, con una sonrisa me dice –“solo bastan 3 giros para que todo empiece”- me pareció raro lo que me decía pero no le preste atención; solo tomé mis cosas y salí de la tienda.

Al llegar a mi casa le di las bolsas a mi sirvienta para que guardara todo en el armario, le ayudaría pero estaba muy cansada como para aguantar más tiempo de pie, así que al darle las bolsas y dejar en mis manos la bolsa con el collar y la caja musical, subí las escaleras hasta mi habitación para poder descansar un poco antes del evento; saqué el collar de la bolsa y la puse en mi buró, al igual de la caja musical que me habían regalado, me dio curiosidad saber que melodía tocaba, recordé lo que me dijo “3 giros bastan”, y así lo hice. Al hacerlo, empezó a tocar una suave melodía, tan relajante que me causaba más sueño, me recosté en mi cama y mientras cerraba mis ojos pensé en mi mayor deseo: ser joven y hermosa una vez más…

No sé cuánto tiempo allá pasado, pero solo sabía que ya era algo tarde para la gala y tenia que arreglarme; con pereza me levanté de la cama y al acercarme al espejo y ver mi reflejo doy un grito ahogado: ¡ERA JOVEN Y HERMOSA!, era como me recordaba en mi juventud: en vez de asustarme solo me admiraba en el espejo al verme como toda una diosa Venus… 

Y pues que pasó con la gala, pues digamos que nadie extrañó mi presencia, de hecho para ellos nunca había llegado porque cuando llegué pensaron que era otra persona; si supieran que la vieja señora con arrugas que era, se había convertido en la más delicada y hermosa flor del jardín, ya que desde ese día, me volví la envidia y la tentación de todos, y era gracias a la caja musical que tenia en mi poder, había descubierto que si escuchaba la melodía mantenía mi juventud; era un milagro, el mejor.

Una noche, ya lista para dormir tomé la caja musical le di tres vueltas, pero no sonó nada. Me desesperé y volví a hacerlo…nada. La locura se apoderó de mí; empecé a gritar, llorar, tirar cosas, ¡ESTO NO PUEDE PASAR!, ¡NO PUEDO PERDER TODO ESTO!. Corrí al baño y al verme en el espejo veo mi antigua apariencia, enojada lo rompo de un golpe pero en eso siento una presión en mi pecho que me hace caer al suelo junto con la caja en mis mano; aturdida escucho la melodía venir de la caja, esa que me regaló juventud y ahora sentía que me robaba la energía, sin más cierro mis ojos hasta quedarme dormida.

-“Justo como lo pensé”- una silueta tomaba la caja musical que estaba a la par del cadáver de la vieja mujer-“es hora de buscar a la siguiente victima”-…

music: Memories by Michael Ortega


Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS