No recuerdo ahora si fue en abril…

No recuerdo ahora si fue en abril…

Karen Bravo

Volverás, estoy segura de que regresarás, con aquellos poemas que hacen vibrar mi corazón, aquellos que entraron en mi alma y me llenaron de ilusión.
He pensado siempre que tocarás a mi puerta, en tus manos estarán las rosas que amé a tu lado y aquel vino que degustabas en mi cuerpo; pienso que llegarás en la noche, dormirás a mi lado y de nuevo, me harás inmensamente feliz.

Y vendrás nuevamente a encenderme de pasión, a desvelarme en las noches de tormenta con tus canciones de amor…

¿Amor? ¿Podrá tu vida conocer el amor?

¿Habrá sido verdad todo aquel ensueño que algún día me hiciste sentir?

¿Será real aquella escena que pintó mi imaginación, cuando tú y yo, habitábamos en un solo corazón?

«No sé porque me encantas, este tema me azara, no quiero que te vayas y, aun así, tú te vas…» escucho en la canción que identifica mi pesar.

Abril me eligió para perderte, para que dejaras en mi cuerpo el vacío sin razón, para que mi mente volara queriendo encontrarte, para que mi alma, sin vida, quisiera renacer en tu presencia; para que mis labios soñaran con el sabor de aquellos besos que tantas veces dieron vida a mi delirante quimera.

En abril todas las penas llegaron cuando quisiste marcharte, buscando…

No sé qué buscabas, no entendí jamás tu alocada partida.

Un día sin pensarlo decidiste dejar de escucharme, dejar de sentir el amor que mi vida te ofrecía; no permitirte hablarme, porque a pesar de que incesantemente traté de encontrarte, me tropecé con un muro de silencio insondable.

En abril llegaron las desgracias, cuando implorante quise llegar a tu presencia, cuando llamé una y otra vez y lo único que recibí fue el silencio en una línea, que reía al escucharme…

Desesperada, enloquecida, atormentada, descubrí tus estrategias, aprendí que manejabas mi destino con una facilidad pasmosa, facilidad que yo misma había permitido.

Y hoy, aunque dolida, decidí que, si  ahora no regresas, en este día lúgubre donde podría permitirte cualquier cosa; dejaré de darte esta oportunidad que no deseas; el chance que tenías hoy, lo pierdes…

Abril me permitió conocer el dolor de tu ausencia, esperando como idiota despertar y que no fuese real…

Pero la cruda verdad me devanó el alma…

Entendí, tarde entendí que jamás vendrás a mí, que olvidaste a mi alma enmarañada de dolor y no te importa si vive o muere en el letargo de tu amor.

La letra, música e interpretación son de mi hija Karen Bravo Moros, quien permitió que utilizara su canción en esta publicación.

 

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