La dama era copetona.

Se daba aires de grandeza, y aparentaba ser de la realeza, aunque naciera en una aldea muy humilde. Le decían Doña Concha, pero entre los de la clase alta, se hacía llamar La concepción de Lourdes escarabajo de la Barzaleta y Dávalos, la princesa Concepción para más señas, y burbujeaba de placer al sentir las miradas de los nobles.  

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