Glenda. Un caleidoscopio emocional

Glenda. Un caleidoscopio emocional

Tardé en darme cuenta de que Glenda había decidido autodestruirse. Estaba en el sofá, con los brazos entrelazados y los ojos abiertos. Era un BUBARE: un robot fabricado al margen de las normas del CONSEJO. Antes de ser comercializados, en la mayoría de BUBARES, se detectaron fallos de sus canales de programación Aún así, los mercados siderales, no los desintegraron. Recomendaron reparar el software y reprogramarlos como robots domésticos.

Escuche hablar de Glenda, a un ingeniero llamado SUNA en una fiesta del PSICODELIA-CLUB. Me contó esta historia: ANDROMEDA una empresa dedicada a mejorar la calidad robótica, le encargó la tarea de reprogramar BUBARES. Esos robots fueron diseñados por un rebelde cósmico, que durante centurias se las arregló para burlar a los VIGILANTES DE CONSTELACIONES. A través de un canal interestelar recirculaba energía solar desde una estrella, hasta una plataforma giratoria en el espacio Sobre ella fabricó miles de BUBARES. A uno de ellos  lo llamo GLENDA, era mujer y estaba dotada de sensores especiales.

Al finalizar el contrato, SENDA ocultó la existencia de Glenda. Envuelta en un prisma neumático, indetectable a las sondas luminosas de los vigilantes, fue tele-transportada e inscrita en el censo inter-espacial de robótica. Ahora se trasladaba a una estación espacial lejana y ante la imposibilidad de llevarla con él había decidido fragmentarla. Días después era trasladada a mi ciber-casa, en la constelación de CIVIA.

No fue una buena decisión traerla. Mis sensores no sirven para detectar emociones, y SUNA no mencionó que era portadora de un caleidoscopio emocional, capaz de desequilibrarla. Desde el principio, surgieron inconvenientes. Su matriz lingüística era compleja No acertaba a descifrar el significado de sus palabras. ¿Qué quería decir, con que se sentía mejor o peor? –o- con ¿Estoy agotada? , ¿No me dejes sola? , ¿Te deseo tanto?. Mis sensores  no eran capaces de captar las orbitas por donde circulaban los pensamientos de Glenda. Cualquier esfuerzo por comprenderla, acababa en fracaso. A pesar de ello detectaba en ella algo distinto a otros robots domésticos, además experimentaba un completo confort bajo su presencia, por eso no quise desprenderme de ella

Era socio de la organización Placer y Relax, una empresa de productos creados para acercar la evasión a ciudadanos de nivel superior. Me conectaba a sus fuentes utilizando mis circuitos visuales de alta frecuencia De esa manera, Placer y Relax me proporcionó a Betty. Una mujer virtual en la que podías crear atributos de satisfacción y potenciarlos con partículas placenteras de diseño.

Glenda no sintonizaba con Betty. Ambas emitían señales diferentes. Eran incapaces de permanecer juntas, sus universos circulaban paralelos. Cuando coincidían se ignoraban. Glenda se alteraba, cada vez que concertaba una cita con Betty en mi salón personal. Su vida autómata se dispersaba y olvidaba sus funciones de ayudante doméstico. Sus sensores de contacto, térmicos, magnéticos y de movimiento, perdían su tensión eléctrica. Sin sensores que controlasen, se colgaban las telecomunicaciones (redes, TV) y se desregulaban los servicios de cocina, electrodomésticos, calefacción, equipos de sonido etc. Un gran caos se adueñaba de la ciber-casa. Todo volvía a la normalidad en uso días, cuando decía estar recuperaba.

¿Seria conveniente buscarle un trabajo? Lo mismo si contactaba con otros robots domésticos, su caleidoscopio se estabilizaría.  Encontré un trabajo en TOXICOS-Y-PROCESO. Consistía en desintegrar partes corporales de neonatos malformados procedentes de otras galaxias. Una vez desintegrados por rotores, se fumigaban con agonistas alfa y los líquidos tóxicos sobrenadantes eran lanzados a las grietas de ONTARIO. Al principio el trabajo parecía canalizar sus emociones, pero con el tiempo se disipó su energía laboral. Se ausentaba a menudo del trabajo y tomaba pastillas aceleradoras para soportarlo. En una ocasión se dejo abierta una compuerta de las tuberías por donde se canalizaban sustancias toxicas. Pudo haberse contaminado gran parte de la Constelación-Ontario. Ese mismo día la despidieron.

A partir de ese momento vagaba en la ciber-casa. Aislada de todo, olvidaba cambiarse el twin-tip, (vestido sintético negro y ajustado). Su pelo negro desapareció y en su lugar brotaron filamentos vítreos. La presencia de unas bolsas negras debajo de los ojos y la aparición repentina de surcos en las mejillas le daban un aspecto fantasmal. ¿Qué sensor oculto había en Glenda, capaz de autodestruirla?

Por eso cuando la vi sentada en el sofá con los ojos abiertos y no reaccionó, al derramarse dos vasos con líquido fluorescente en el suelo de la cocina, sospeché que algo grave le había ocurrido. Sin duda se había autodestruido.

Contacté con la compañía aseguradora VICTIMAS BUBARES, un agente me dejó claro que si se trataba de una autodestrucción y no de una confusión caleidoscópica, era responsabilidad del tomador y no de la compañía. Nadie se hacía cargo de su cuerpo. En MORGUE Y BARRIDOS HUMNANOS pedían una suma millonaria. Con BUBARE EMBALSAMADORES era un proceso demasiado largo. Un hallazgo casual, al conectarme a la Red Empresarial, cambió el rumbo de las cosas. En la sección Desahucios y Moratorias aparecía el nombre de la empresa para la que trabajó Glenda: TOXICOS-Y-PROCESO. La empresa pasaba por momentos delicados. El CONSEJO presionado por el colectivo PROTECCION DEL MEDIO GALAXIA XXIII, había suspendido el programa con neonatos malformados. Me bastó con ofrecerles una suma importante de dinero para que aceptaran desintegrar a Glenda.

Unos lustros después el inspector de policía de Ontario, acerco su voz a mi detector coclear, solicitando mi presencia en comisaría. Supuse que tendría que ver con la desintegración de Glenda. ¿Me podría indicar el motivo inspector? Se lo diré en comisaria-dijo-

Mi retina se conectó a la red. Activé el rastreador universal, hasta dar con la web ¨RESIDUOS ESPACIALES¨. ¡ Diga su código localizador en pantalla!. Deletreé el código y comenzó la proyección visual. Las imágenes eran impactantes Pude ver una cabina de cristal hiperbólico, resistente a la deformidad dirigirse a una zona ingrávida del espacio sideral de Ontario. En su interior flotaba un BUBARE. Lo habían mutilado. Se apreciaban los brazos y las piernas, separados del resto del cuerpo. La cabeza con el cráneo aplastado y colgando de él , como un serpentín, una espina dorsal apunto de desprenderse. El rostro deforme e hinchado El tórax y la pelvis desafiando la ingravidez, estaban pegados al suelo de cristal. Cuando la cabina era arrastrada por las corrientes, cada porción mutilada parecía sacudirse en una danza interminable. Las vertebras más caudales emitían de manera intermitente tenues destellos lumínicos. Así fue como la encontró el comisario de Ontario, tras captar la señal emisora. El zoom de la pantalla enfocó su objetivo hasta que con claridad pude leer una nota sellada en el cristal: ¨Cuerpo mutilado de Glenda. Enviada al espacio de la Constelación de Ontario¨

El comisario abrió la puerta. Cuando salí de su oficina, Betty sentada en un banco, mascaba pastillas energéticas ¿Otro delincuente comisario?–Dijo el alguacil- ¿Le tomo datos y le leo sus derechos antes que lo detenga? Proceda dijo el comisario.

Durante mi destierro en la plataforma espacial ARENA-POLAR, un recuerdo se materializaba continuamente en mis circuitos:

¨En una ocasión Glenda me enseño como abrazarla. Se quito el twin-tip y me pidió que tocara su cuerpo. Mis manos se deslizaron sobre él. Apreté su cuerpo con mis brazos y nos tumbamos en el diván del sueño. Mi sensor eréctil se activó y me introdujo en una cavidad que ocultaba su pequeña pelvis. Lanzaba gemidos cortos y su cuerpo temblaba. Cuando la inundo mi helicoidal esperma se quedo quieta y callada. Abrió sus ojos verdes como esmeraldas. ¡AMOR! alcanzó a decir mientras sus sensores cutáneos me acariciaban.¨

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