Llevaba unos días con el tema de su actualización en mente. Era algo que tenía que hacer, pero nunca encontraba el momento adecuado. Desconocía los cambios que se producirían, pero seguro que el reajuste, en todo caso, supondría una mejora. De esa tarde no podía pasar. Cuando llegué a casa después de trabajar – me dije – me pondré manos a la obra. 

   Cogí las instrucciones y seguí sus pautas. Lo primero que tenía que hacer era localizar el botón. El manual me indicaba que estaba en el lado derecho. Con cuidado empecé a palpar ¡Ahí estaba! Se había desplazado ligeramente, pero no me costó encontrarlo.

 Las indicaciones eran claras: “Pulse de manera continuada durante unos segundos y espere”.

 Me puse cómoda y conté: 1, 2, 3, 4, 5…

 En un abrir y cerrar de ojos Arya se había actualizado. Mi pequeña schnauzer miniatura se había convertido en un pastor alemán.

 Mi asombró fue monumental. Sabía que la actualización implicaba un aumento de tamaño, pero… ¿un pastor alemán? Eso era demasiado. Por no hablar del problema que suponía la caída del pelo de mi nueva Arya.

 Tenía que hablar con el técnico urgentemente.

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