Las palomas mojadas no vuelan

La sala estaba iluminada por una sólida luz blanca que reforzaba la sensación de pulcra limpieza. En uno de los lados había una cuadrícula sobre la pared y en la opuesta una gran pantalla ocupaba casi la mitad de la misma. En el centro una mesa de trabajo rectangular con forma de plato de ducha levitaba conectada mediante varios tubos al suelo. Sobre la mesa unos brazos articulados terminados con diferentes útiles de color blanquecino plateado colgaban del techo.

Estaba localizada en el sótano -7 del edificio de la UFIA (Unidad Federal de Investigación Androide) y acogía al Departamento de Análisis y Reciclaje Integral de Unidades Retiradas (DARIUR). La Unidad femenina “Draxel” era la responsable del departamento y se disponía a realizar la siguiente operación de reciclaje. Era una androide específicamente diseñada para trabajos de investigación con un  grado de sensibilidad nivel 3, lo que la permitía analizar resultados y poder incluir valoraciones personales sobre cuestiones emocionales. Todos sus trabajos eran reportados al responsable de la UFIA, el humano “Jasen Barnes” conocido por su despiadada relación con las unidades androides con lo que, en más de una ocasión, tenía duros enfrentamientos con su empleada.

Draxel entró en la sala y conectó el sensor de reconocimiento de voz para poder controlar todos los elementos que necesitaba para realizar el trabajo que se disponía a iniciar. Con voz firme empezó: “Nexus6 a la mesa de trabajo”, de la cuadrícula lateral emergió una urna transparente que se posó sobre la mesa central y suavemente depositó a Nexus6 sobre la misma.

Draxel se quedó un momento inmóvil, era un ejemplar excelente de la serie Nexus, daba la impresión de tener aún algo de energía en su sistema motriz y parecía que sería capaz de saltar de la mesa y huir. La serie Nexus era una de las mejores para trabajos en los planetas lejanos y en los duros enfrentamientos contra la civilización Vaderiana. Había sido fabricada con los últimos desarrollos tecnológicos lo que hacía de sus unidades verdaderos titanes. Mantenían una similitud casi total con los humanos salvo en la empatía y sentimientos, de los que por diseño se prescindía para evitar dudas y errores en la ejecución de sus misiones.

Nexus6 había caducado bajo la lluvia hacía pocas horas durante un enfrentamiento con un encargado de retirar androides huidos de sus destinos.

«Conexión de equipo de sonido; reproducción de biblioteca de artista Vangelis, volumen nivel 3». Aunque antigua era una de sus músicas preferidas mientras trabajaba. Empezó a sonar “Dream in an open place”. Al son de los primeros acordes del tema Draxel comenzó con la disección de tejidos y elementos de fijación que una vez retirados fueron depositados en los correspondientes contenedores para su reciclado. Eran productos de gran calidad que después de algunos procesos servirían para montar un nuevo ejemplar Nexus.

La siguiente parte de la operación de desmontaje consistía en extraer la  placa de control de conducta y la de registro de acciones. Estos dos elementos juntos proporcionaban la información completa de lo que había sido el desarrollo de actividad del elemento. La experta Draxel realizó la extracción sin dificultad y se dispuso a volcar la información en su computadora para el estudio y análisis de los resultados.

Antes de proceder con la disección virtual de la vida del Nexus6, había que desmontar la estructura ósea y escánear de todos los elementos para valorar si eran aptos para un nuevo androide o debían pasar por la sección de reestructuración molecular.

«Mensaje instantáneo: ayudante de laboratorio acuda a la sala DARIUR». Recibió un sonido que indicaba que la mensajería instantánea no funcionaba por lo que tuvo que proceder a realizar ella misma la operación. Deberían pensar en un sistema alternativo a la mensajería instantánea en caso de fallo ya que se había convertido en un medio imprescindible en las comunicaciones.

Una vez terminado el desmontaje y con algo de retraso por la caída de la mensajería instantánea, Draxel se fue a la oficina anexa a la sala donde estaba y se centró en lo que debía ser la parte fundamental del informe que debía presentar.

Según conecto las placas a su ordenador los datos fueron apareciendo en su pantalla holográfica por orden cronológico. Inicialmente todo era normal para Draxel que fue solicitando por medio de su voz aclaraciones y ampliación de información sobre algunas incidencias.

Pronto reparó en una serie de visitas repetidas a unas coordenadas que se correspondían con las de una plataforma inter constelar abandonada.

Pidió ampliación de información sobre el lugar y su actividad anterior. La instalación oficialmente había sido un almacén de residuos tóxicos que estaba fuera de servicio y descatalogada en el sistema desde hacía tiempo. Era extraño que Nexus6 fuera a ese lugar más de 5 veces en su vida. Después de teclear unos cuantos comandos comprobó que el registro de esas visitas coincidía con cambios en el software de la unidad de conducta del androide. Tuvo un presentimiento y pidió información sobre los hackers activos en la implantación de sentimientos y emociones en unidades androides. Chequeando los resultados vio el porqué de las paradas de Nexus6 en esa estación abandonada. Uno de los hackers tenía entre sus últimas localizaciones registradas una muy próxima a la de la plataforma visitada por Nexus6.

La implantación de registros de sentimientos en las conductas de las unidades diseñadas para el combate o para trabajos de campo era una actividad prohibida y se perseguía con dureza porque era el origen de muchos conflictos cuando las máquinas debían hacer su trabajo sin la supervisión directa de un humano, en actividades violentas o en condiciones ambientales difíciles, que precisaban ausencia total de emociones que pudieran incidir en la ejecución de las mismas.

Los sentimientos eran buscados por los androides por varios motivos pero fundamentalmente para sentirse réplicas humanas completas. También para acercarse a los humanos de sexo opuesto y poder mantener relaciones sin la frialdad de las máquinas y entablar relaciones en las que la búsqueda del placer fuera una prioridad y conseguir empatía y sensibilidad.

Los hackers accedían a las placas de conducta y realizaban implantes de sentimientos en varias sesiones en función de la respuesta que cada androide. Eran sesiones que requerían una tecnología muy avanzada ya que debían dejar al individuo en un estado emocional equilibrado para pasar los rutinarios exámenes de conducta a los que eran sometidos de forma periódica.

Ante esto quedaba claro que el hacker “Lamo-X11” había trabajado sobre la conducta de Nexus6 implantando una serie completa de sentimientos para cumplir el sueño de cualquier máquina; poder decidir sus acciones de forma autónoma en función de sus criterios incluyendo la parte emocional no preinstalada en sus sistemas.

Nexus6 una vez que terminó de incorporar los sentimientos añadidos por el hacker había modificado varias acciones que implicaban despiadadas ejecuciones para despejar territorios en planetas destinados a nuevas residencias, explotaciones mineras, obtención de recursos o instalaciones energéticas.

Draxel permaneció inmóvil pensando sobre lo que había descubierto, su obligación era reflejar hasta el más mínimo detalle en su informe de reciclado de la unidad obsoleta para que Mr Barnes tomará la decisión adecuada y procediera a eliminar semejantes situaciones en el futuro. Eso iba a implicar duras represalias sobre muchos androides y retirada de todos los que presentaran conductas modificadas con sentimientos incorporados.

¿Era ilícito aspirar a una vida mejor? ¿Las máquinas debían tener capacidad de sentir y emocionarse? Se preguntaba Draxel antes de validar el informe que iba a presentar. Se podía presentar una versión alternativa. Ella misma quería sentir completamente y no solo a nivel 3. El informe fue modificado.

¡Pasión!