Rosa y Clara, amigas y abuelas de 75 años, se reúnen todos los días para tomar un café, en una de las cafeterías de su entorno. Las dos van siempre muy bien arregladas, haciendo gala de su buena presencia. Los surcos de sus caras, fruto de su edad, han desaparecido por efecto de la tecnología del botox. En su lugar, lucen un rostro liso y bello, heredado de las numerosas inyecciones que les habían infiltrado y, que hacían de sus músculos flácidos por su edad, haber quedado fortalecidos.

Normalmente tomaban el café acompañado de algo de bollería, charlando casi siempre sobre sus achaques, visitas al médico o algún cotilleo referente a alguna de sus amigas. Hablaban sobre sus hijos, nietos y, sobre todo de la forma de comportarse la juventud en estos tiempos.

Clara, llevaba en su muñeca izquierda un smart-watch inteligente, con un app. de realidad aumentada, con color, acabado y textura y aire vintage, de pantalla trasparente, táctil, un Videowall sincronizado. Se lo acababa de regalar su hijo Pedro, el menor de sus hijos, homosexual, el cual amaba a su madre con todo su corazón. Acababa de llegar de Barcelona del World Congress. Como trabajaba en la televisión, había tenido acceso a este evento con sus nuevas tecnologías.

Clara, con algo de disimulo, no paraba de subirse la manga del jersey, con el fin de que la gente se enterase de la bella joya que lucía en su muñeca.

El Dios tecnológico, había llegado aunque sea en pequeñas dosis, a sus viejos cerebros, dando a su conversación un tremendo giro.

Justamente y, en la mesa de enfrente, podían escuchar a un grupito de personas de edad avanzada que, estaban embelesadas hablando sobre los dichosos whats up que se intercambiaban con sus nietos. Luego, la conversación viraba sobre los powerpoint que recibían de otras amigas, algunos muy graciosos y, otros con imágenes y pensamientos muy profundos. El grupo estaba muy animado, chapoteaba palabras sin cesar, sobre la revolución de los móviles y portátiles. Estaba muy claro, la tecnología iba dejando huellas hasta en las mentes de los viejos.

Una de las señoras comentaba que, por su cumpleaños, su nieto Pablo, le había regalado un DVD-Video-10-2 caras, para ver películas(Video y audio).

Rosa, al oír este comentario, no pudo evitar recordar lo importante que era para ella ir al cine un día o dos por semana. A pesar, de las salas modernas de hoy en día, donde a diferencia de los cines antiguos, sus butacas eran muy estrechas, con una tapicería en tela barata, lo mismo que su decoración tan funcional.!Ya no brillaban las luces de las lámparas de cristal sobre la moqueta roja! – Lo peor de todo, para Rosa, es lo que había que aguantar a la juventud hinchándose a palomitas y coca-cola durante toda la proyección y taponarse la nariz para no oler tan desagradable olor. Pero para Rosa, el ir al cine, suponía disfrutar de una de sus aficiones favoritas. Ver proyectada en pantalla de cinemascope una bonita película, metiéndose de lleno durante las dos horas de duración, en la historia de sus personajes. Era totalmente mágico olvidarte de tus problemas personales para, meterte de lleno en los de los personajes del film.

Rosa, acababa de ver la proyección de la película «HER». Para ella, lo que había visto no era un argumento cualquiera. Al principio, al leer los subtítulos, le parecieron cosas inexplicables, no tenían ningún sentido. A medida que la proyección fue avanzando, le iba resultando más interesante. Había llegado a la conclusión de que había visto una película que había dejado huella en su mente.

-Clara le preguntó- ¿Me quieres decir de lo que se trataba en esa película?

-Rosa le respondió-Pues mira es un tema muy tecnológico. Imagínate un hombre recién separado, dolido, triste y además de un temperamento muy solitario, al cual, se le ocurre inventar un sistema operativo de un ordenador. Pero pásmate, desde que se despierta, se conecta con una voz muy dulce y armoniosa, se saludan, se cuentan sus problemas, sus anhelos, y al final termina enamorándose completamente de esa voz, que, para él y en esos momentos lo era todo. Figúrate que con solo conectarse puede hacer el amor con la voz y llegar al orgasmo. – ¿Puedes imaginarte esto? – Pero al final, y como si se tratara de una persona de carne y hueso, surgen los celos, su ansiada felicidad se acaba. Para mí, resultó un sistema totalmente novedoso y mira aunque no lo creas me está dando que pensar.

-Clara -No me hace gracia pensar en una vida en solitario, abrazada a un auricular en lugar de a mi marido.

-Rosa – Sí efectivamente es un sistema súper raro. !Las cosas que vamos a ver con este Dios tecnología!.

-Rosa -Menos mal, que el desenlace te deja opción a pensar que el amor no perecerá. La tecnología, a pesar, de sus descubrimientos es fugaz.

-Clara – Pero eso no puede ser, no le des más vueltas a la cabeza. ¿cómo te vas a enamorar de una voz, sin sentir su cuerpo, su mirada, sus caricias?.

-Rosa – Pues mira, en la pantalla lo consigue. Aunque al final, también la tecnología se acaba.

-Clara- Estaba muy claro que eso era lo que tenía que pasar.

-Rosa- Seguía muy pensativa. Me hizo pensar mucho en lo que la mente humana es capaz de inventar. Sentí un profundo horror hacia lo desconocido, a aquello que nos pueden llevarlas tecnologías, aunque pensándolo bien, a nuestra edad, no podremos ver mucho. ¿Pero y nuestros hijos?.

-Rosa -¿Nunca has pensado cuando recibimos emails sobre el espacio y nos explican que nuestro planeta tierra es un enorme circuito eléctrico y que las ondas naturales ELF de la tierra son idénticas a nuestras ondas cerebrales?

-Clara . Oye,! me parece te estás complicando demasiado la vida!.

-Rosa – Quizás tengas razón, pero no puedo dejar de pensar en los satélites que andan pululando detrás de la tierra, a lo mejor, de repente descubren otro planeta donde hay también vida humana, donde existen seres como nosotros, pero con una inteligencia muy superior, los cuales mueven nuestro planeta a su antojo y, nosotros los supervivientes somos como marionetas que nos llevan donde quieren.

-Rosa – Yo intento creer en un Dios poderoso, que no sé como es, sí energía, sí voz, pero que está junto a mí. Quiero pensar en un Dios dialogador, con el que pueda comunicarme, contarle mis dificultades, puede que sea por mi parte algo egoísta, en definitiva un Dios protector.

-Clara – Eso también creo yo. Aunque por mi parte pienso en un Dios que puede estar presente en el mar, las montañas, las praderas, junto a ti y también dentro de mí-

-Rosa- A veces, y! mira que me encanta mi portátil!, puedo sentir miedo de las nuevas tecnologías. Es muy posible sea para mejor, como hasta ahora fue, pues si nos remontamos  a bastantes años atrás, con la invención de las lavadoras, microondas, vitrocerámica, radio, televisión, cambiaron la forma de ver la vida y, seguramente si no hubiera sido por estas tecnologías no estaríamos tú y yo disfrutando de este café tecnológico, pues estaríamos en nuestras casas realizando nuestras tareas domésticas.

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