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Esa noche dejé aquellas palabras abandonadas en aquel muro con la certeza de saber que serían sepultadas bajo cada una de las nuevas publicaciones que yo fuera eligiendo para actualizar su estado, o el estado de las cosas, o el estado de mi vida. No era  nada más que otro ladrillo en el muro.

Hacía mucho tiempo que no escribía nada personal, últimamente me limitaba a compartir imágenes o frases de otros. Hace meses sí, fotos de un viaje, a petición de unos amigos, pensé que llevaban demasiado tiempo allí colgadas, había olvidado eliminarlas. Tal vez mañana.

Recordé aquel correo, sobre aquel certamen de relatos sobre la tecnología, sonreí, pensé en las redes sociales, en la nanotecnología, en la exploración de Marte y en el apego de mi madre a su móvil. Volví a sonreír.

No, no era mi tema. Yo me limitaba a agradecer que existieran esos benditos aparatos que mejoran mi vida y a ver con desagrado aquellos otros que, desde mi observatorio, distorsionan las relaciones sociales, te acercan a quienes están lejos, te incluyen en grupos en los que no cuadras, o dan rienda a la mezquindad, a la necesidad de amor de cada uno, presentan una imagen de ti o te publicitan. Entre unos y otros existirá un inmenso mundo de aparatos, chips, cables, horas de esfuerzo, especulación, entusiasmo ….

Hubo un día en que yo me puse en la piel de un ventilador poco atractivo, abandonado y descatalogado, lleno de polvo, sin vender. Un ventilador es algo simple y sin embargo algún día fue alta tecnología. ¡El tiempo tecnológico es algo tan breve que dura un suspiro¡. Pronto habrá ya muerto lo que hoy haya nacido, o no estará muerto pero estará agonizando, o ya tan viejo….  O tal vez no sea que su tiempo vaya muy rápido sino que nosotros vayamos muy lentos. 

¿Será que lo que se está muriendo no está muriendo y lo que está naciendo no está naciendo? ¿Será que hace siglos que murió y hace siglos que nació lo que ahora creo que nace y muere?…..¡Qué lio de tiempo o de destiempo¡”

Podría haberlo escrito en mi libreta, en un diario personal o componer unos malos versos, pero lo escribí ahí, para todos, como una especie de grito en la cima de un monte donde solamente el eco te escucha y te devuelve su sentido. Nadie lo iba a leer a esas horas y tampoco yo deseaba que lo hicieran, hubo un

  =!  (PULGAR HACIA ARRIBA: ME GUSTA)

Una cálida metáfora, con nombres y apellidos de aquel eco que devolvía mi voz. Hoy veo que olvidé eliminar la publicación, y que su sentido era solo ése, gritar la existencia de una pequeña gran discrepancia entre mi vida y sus tiempos. ¡Cuán difícil es coincidir en el momento justo en el lugar adecuado¡.  Mi tiempo es otro, no el de la tecnología, no el de las redes sociales, no el de los ciclos del planeta, mi tiempo es solo ilusión, solo un destiempo.

¡Qué lio¡ …pero no estoy en crisis, solo en destiempo… solo en destiempo….no estoy en crisis.  

🙂 (EMOTICONO CON GRAN SONRISA)

Abrí Google, escribí “The Wall”: youtube …un anuncio…..y mientras bailaba y balanceaba mi cabeza y mis caderas y después mis piernas se contagiaban de la rigidez de algunos acordes, los años se evaporaron hasta 1979 y me vi claramente de cara a la pared en el colegio, en los primeros pasos de una sociedad que deconstruia su historia y de una niña que construía su vida.

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