13.jpg

Es mi primera cita con él, debo confesar que estoy nerviosa, mis manos sudorosas tiemblan, leo el pequeño papel amarillo en el que están las instrucciones para nuestro encuentro, en las casillas superiores debo escribir mi nombre y un código de seguridad, algo llamado “password”, le doy Enter y ¡ya está! Se abre una página con un aviso enorme que dice: Bienvenida a Facebook, me pide muy amablemente que actualice mi perfil para que mis amigos puedan encontrarme, después de completar mis datos deslizo mi dedo suavemente por el ratón, aún me cuesta trabajo mover mi mano y seguir la flecha con la mirada, debajo de mi biografía aparecen fotos de personas que nunca he visto en la vida, pero hay un aviso tranquilizador que me incita a agregarlos como mis amigos, busco entonces detenidamente su nombre, no es tan fácil, inclino mi cabeza hacia abajo y entonces, ahí está, escrito en letras azules “El Dios Tecnología” hago clic en agregar a mis amigos; no lo puedo creer! un aviso me informa que lo sienten pero que este usuario ya tiene demasiados, y ¿ahora? Me pregunto ¿dónde queda entonces eso que lo describe como “un ser especial para cubrir anhelos, deseos, necesidades, y compulsiones humanas”? Parece que había llegado demasiado tarde; me atrevo a enviarle un mensaje donde le informo la desgracia por la cual nuestra relación de amistad no puede darse, dos segundos más tarde el 1 en rojo me informa una respuesta, mis ojos no lo pueden creer, ¿así de rápido podemos comunicarnos?. Su mensaje fue muy alentador, resultó que yo podría seguirlo sin necesidad de que fuésemos amigos. El alma me volvió al cuerpo; gracias a un pajarito podría estar al tanto de todo y mejor aún desde cualquier lugar del mundo, a través de una pequeña simcard o con la ayuda un tal WI-FI podría colgarme en la red. Llevo un mes siguiéndolo, nos reímos a través de pequeños muñecos que imitan mis gestos, puedo saber cómo se siente, qué lee, qué come, si viaja, si duerme.

Mañana cumplo 92 años espero no tener que soplar una vela artificial mientras un video me canta el feliz cumpleaños, anhelo sentir por un instante los abrazos de alguien real y no de un dibujo de osito, cuando me llegue el turno de pedir el deseo soplaré para poder volver a hacer amigos como antes, de esos de carne y hueso, amigos con los que comparta cara a cara mis sentimientos, con los que me comunique a través de cartas escritas por mi puño y letra sin que un editor de textos me ayude y me auto-complete como le venga en gana. Amigos con los cuales VIVA experiencias en vez de estos que suponen que estoy viva.

PD. Si les gusta denle clic en la manito, creo que eso es lo que se usa. Por ahora los dejo, tengo una hangout con mi psiquiatra… sufro de delirio de persecución, smartphonitis, vibración fantasma y nomofobia o miedo a olvidar mi Tablet o teléfono en casa.

23.jpg

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus