Cuando era niño, mi padre compraba la revista, “MECANICA POPULAR”, es traducida al castellano para toda Centro y Sud América, en ella, habla de los adelantos de la era del año 2000: Hablar por la Computadora a cualquier parte del mundo; Usar teléfonos sin cables; televisión vía satélite, autos con carrocerías de plástico. Recuerdo a mi padre enfurecerse y decirme: ¡Hijo a estos Yanquis!…No le creas un Carajo, pues te comen la cabeza, y quieren meter miedo, a través de la lectura. Y aquí estoy, sentado frente a mi “PC”. Herramienta esta, de mi trabajo diario, que mi padre no llegó a conocer. Son las 02 de la mañana de un domingo que promete lluvia, pero esto no es el punto. Mi conflicto es otro… y me pregunté ¿Cómo es el amor a los 60 años? Tengo derecho a enamorarme y ser amado… todavía estoy en carrera. ¿Quién puede juzgar al amor a los 60?
Estaba chateando con un amigo, apareció una persona entre nosotros, haciendo una pregunta, yo dispare una catarata de pavadas… ¡La respuesta!, No se hizo esperar… ¡Quiero hablar con el dueño del circo! No con el PAYASO… tremenda puñalada al corazón, activo mi neurona adormecida. En forma inmediata, di explicaciones de lo que significa… ser PAYASO de un circo, o de la vida… Así nos conocimos. Nos fuimos enredando en este mundo cibernético, propicio para corazones solitarios, con ganas de recibir una cuota de amor a distancia, aunque después, se nos valla la vida, en lágrimas y puteadas por el fiasco del primer encuentro, que no era igual a la foto que pusimos en el “FACE”, cuando teníamos 30 años. ¡De los 60, no tengo ninguna!, y quería conocerte… Por eso puse la foto de mis 30 años… suelen decirte.
En estas historias, de amor por internet, todo vale. Recuerdo que: Fue un comienzo con profundos contratiempos por ambos lados…Yo, saliendo de un accidente, recibiendo unos premios de literatura en Buenos Aires, ella viniendo de un viaje del interior del país, pasando por Buenos Aires, camino al sur. Todo muy loco… En ese momento, fueron mis mejores e inseparables amigos; quienes nunca imaginé… El Facebook y mi celular. Cada vez, que hacía uso de esta tecnología, venía a mi mente las palabras de mi padre… ¡No le hagas caso a estos Yanquis!… Pactamos encontrarnos, en el salón de premiación. El mismo fue propio, de un sainete del “GRAN ALBERTO VACCAREZZA”. Un maestro de ceremonia, que necesitaba datos de mi trayectoria, un periodista de espectáculos pactando una nota para la televisión… Y “ella”, radiante como un sol. Tironeado por el “Ego” de ese momento, creyéndome un “Miguel de Cervantes Saavedra; un García Lorca”, o un “Borges”, ¡Pero no!… Era “Yo” y mi propio ser, viviendo la borrachera de ese minuto de “Fama y Gloria”, que te regala la vida, por ser apenas “Un Artesano de las Letra”. Donde un jurado sin conocerte te premia. Y mañana… mañana pasas a ser, la misma persona que fuiste el día anterior. Volver al trabajo; un jefe que no entiende porque escribís y te pregunta, la misma boludes de siempre… ¡Che te cepillaste alguna mina en el hotel!
Así, nos conocimos, de pronto me di cuenta, que no estaba a mi lado, me encontraba rodeado de gente que no conocía… ¡Y ella no estaba!, después del ágape… volví al hotel. Me acosté, eran las 3 de la mañana, cuando recibí un mensaje bastante picante, me pedía que: Me olvidara de ella, que no le escribiera más…Pero ese mensaje; hiriente, tenía una particularidad…”Nadie que quiere ser olvidada”… resalta con letras en mayúsculas y en negro algunas frases…me deje llevar por mi cansancio y dormí hasta el otro día.
Ya de vuelta en casa…quise cruzarme por Facebook, no tuve respuesta. Una noche antes de acostarme puse el despertador a las 03 de la madrugada, cuando la alarma me despertó ,tome mi celular y escribí: “ Estimada Señora, cuando desee que nadie se ocupe de usted, no escriba con mayúscula, resaltando en negrita las letras, porque indirectamente, está pidiendo que no la olviden”… por eso le escribo, a la misma hora que usted lo hizo para despertarme, ¡ Porque no la olvide ¡, le pido que me dé una oportunidad, para disculparme como le corresponde a un caballero. Pasaron varios días y nadie llamo…pero una madrugada suena mi celular y era ella. Pactamos un encuentro. Así comenzamos a tejer una incipiente relación llena de temores al fracaso y al papelón, ambos mayores de 60 años, con hijos adultos y… el qué dirán pueblerino, todo un tema. Dos adultos con un corazón adolecente, con ganas de amar y ser amados. Compartimos ilusiones, caminatas, sabanas y cama… ¡Que tema la cama! después de años de soledad, ocupar un espacio vacío, robar el otra lado de la cama, donde ya… por nuestra soledad, dormíamos despatarrados. ¿Y ahora?; me choco de vuelta… Con quien ocupa ese espacio, vacío por años. Pero qué lindo, es abrir los ojos, en la mañana y saber que no estás solo… Ahí te das cuenta que: Deberás compartir ese espacio, que creías perdido. ¿Quién se fija en una persona que pasa los 60 años?…Nuestras arrugas en la cara, por lágrimas derramadas… por ese amor de ayer. Cerrar la ventana del dormitorio, para que la luna no me cuente de sus amoríos, etc. etc.
Disimular delante de los hijos, esa alegría cotidiana, y esperar a que se duerman en la noche, para tapar nuestra boca, con el único cómplice de la cama… ¡La almohada!, que ahoga, nuestro desgarrado llanto, para confundirse, con el silencio de la noche. ¡Y ahora!… Tengo a alguien que ocupa mi cama, se atraviesa, me destapa, ronca y me despierta por la noche, cuando va al baño y deja al inodoro perdiendo agua. Ocupa mi espacio, me roba el control remoto, y el dulce de leche de la heladera, pierdo parte de mi territorio… ¡pero cuando se va!, la extraño. No estoy enamorado, como la primera vez… ¿El amor se pierde a los 60? ¡Es el miedo de volver a fracasar! ¿Por qué?, no tengo derecho a enamorarme, ¿Debe ser el amor explosivo?, como a los 15, los 25, o los 36 años, o debe ser lento y reflexivo, para no equivocarme nuevamente. Cuantas preguntas que nos hacemos pasados los 60. Pero que triste, es darnos cuenta que: El amor nos besó la frente… Y espero ese abrazo y ese beso que no supimos dar, y se fue… Como esa brisa, que nos regala el verano, cuando nos abraza el sol, y nos quema la piel, por no saber cuidarla… Qué triste es dejarlo ir, cuando llega y no supimos darnos cuenta, que el amor es un regalo de la vida. Si el amor; se fue de nuestro corazón, con ese otro amor, que tanto nos hizo sufrir, de que vale, salir a buscar por Internet o descubrirlo sin proponerlo, cuando fuimos de compra al supermercado, si sabemos, que no vamos a poder darlo, como alguna vez lo hicimos, cuando creímos en ese amor…que nos dejó y se fue para no volver. Son las 05:45 de la mañana mis ojos, no resistían el reflejo de la pantalla de mi computadora, decidí irme a dormir…Sin dejar de recordar que: “LA VIDA ES BELLA”.
Mi neurona retrocedió en el tiempo, recordando mi primera declaración de amor, atreves de una carta con una foto que lleve al correo; pedir prestado el teléfono y concretar una cita. El viaje de vuelta a casa, en colectivo, durmiendo en el asiento y más de una vez pasarme de paradas y volver caminando, pues no tenía dinero. Fue una época en donde enamorarse…era “Juglaresco”, robar una flor del jardín de mi vecino y cambiarla por un beso.
Después de elaborar todo esto, pensé lo siguiente: Si el hombre llegó a la luna… también rompió la magia de amarnos bajo su luz, pues siempre hay alguien que nos está mirando; y en segundo, nuestro amor es visto y juzgado en todo el mundo por el “Dios Tecnología”. Pero hay algo que no pudieron robarme, es el placer de unas breves epístolas a mano alzada para decirte que te amo, guardarlo en un sobre y llevarlo al correo. Aunque la tecnología, se lleve por delante; todo este amor de: Novela y Poesía.
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