Nada como el hogar

Nada como el hogar

Amy Leiton

03/02/2015

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Querido hermano:

Sé que desaprobabas que me gastara una fortuna en este viaje. Si supieras que venirme tan lejos me ha hecho ver lo que mis ojos no veían cuando estaba cerca. La riqueza que me rodeaba sin percibirla. Lo fácilmente que allí se vive feliz aunque nos empeñemos en hacerlo tristemente difícil. Lo virtuosamente que se mueve el mundo aunque nadie esté manejando los hilos. Lo poco que soy estando aquí lejos, y lo mucho que significa mi existencia cuando formo parte de ese todo grandioso.

Llevo demasiado tiempo deseando viajar cada vez más lejos en una búsqueda sin sentido. Y ahora a mi alrededor solo veo la oscuridad de un espacio infinito que no me acoge porque no le pertenezco, y allí a lo lejos, ese lugar lleno de color y vida que me recuerda que todo aquello es mi casa, nuestra casa, y que no la estamos cuidando como si fuera nuestra.

Así que déjame prometerte que cuando regrese de este excéntrico viaje interestelar dedique el resto de mi vida a cuidar de nuestra enorme casa y de todos sus habitantes. Y déjame convencerte de que tú hagas lo mismo.

Con cariño,

Homo Numericus 

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