La soledad que uno busca no se llama soledad

Querido Pueblo,

Sigo muy lejos, casi no puedo verte, pero si sentirte. Extraño tu luz, tus muros y tu tierra. He visto en las noticias que ya han dejado de contarnos, que ya no esperan que regresemos, me alegro mucho.

Aquí la gente también es muy amable. En las bodas se come poco y se bebe mucho. Hay gente pobre, sin duda, la más honrada que he conocido nunca. Cada día mueren cinco o seis personas a tiros; pero no vienen a manifestarse presidentes, será porque a los que se manifiestan también los matan.

No existe el no, descubrí que tampoco hace tanta falta. En las farmacias venden cerveza y tabaco, también algunas medicinas, pero esas son carísimas. Hay cucarachas enormes, de hecho, el único parque es un campo de golf al que sólo entran los ricos.

Te agradezco el jamón serrano que me mandaste por Navidad, le di la mitad al aduanal. Ojalá que pronto se te cure ese acné caciquil. Por aquí se contagia la vida pirata, igual un día vuelvo y la propagamos juntos.  

Tu vecino más ingrato.

La soledad que uno busca no se llama soledad

Callosa de Segura

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