II Concurso de haikus Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja
II Concurso de haikus
Acceso directo a las bases del concurso
11 de noviembre de 2021. Publicación del acta con el fallo del Jurado
La primera edición del concurso de haikus en el Club quiso ser, tras los primeros meses de pandemia el año pasado, un ejercicio con el que volver a los otros ámbitos de la vida de los que el covid 19 nos había alejado bruscamente con el nuevo orden de prioridades que impuso: concentrarnos de nuevo en lo que nos ocupaba antes de todo esto, o descubrirlo precisamente ahora, conscientes de lo mucho que hemos tenido que dejar fuera en este año y medio en el que nos hemos tenido que acostumbrar a tantas restricciones. No se nos ocurrió una propuesta mejor que el haiku, como poesía vivida, como percepción súbita. Y plantear el concurso no tanto como una competición en busca del mejor poema sino como aprendizaje y puesta en común. Quisimos que la convocatoria sirviera para que muchos de nosotros encontráramos en la escritura de los haikus una práctica capaz de enriquecernos, al afilar nuestra capacidad para percibir nuestro entorno. Con esta segunda convocatoria nos gustaría repetir sensaciones, volver a crear esa misma atmósfera que permitió el año pasado que hubiera 1.471 participaciones y más de 107.000 lecturas.
El haiku que ganó fue el de Silvia Asensio García:
En la cascada
van tejiendo las aguas
una cortina.
Otros haikus premiados podéis leerlos aquí.
Lo primero: qué es un haiku
Lo básico: El haiku es un poema breve. Consta de 17 sílabas, repartidas en versos de 5, 7 y 5 sílabas, por este mismo orden.
Sin embargo, en la propia tradición japonesa no se acata de un modo estricto este patrón; y el mismo Bashó —padre del género— lo transgrede en numerosas ocasiones.
En cuanto al fondo, el haiku es —en palabras de Bashó— «simplemente, lo que está sucediendo en este lugar, en este momento». En su obra Introducción al budismo zen, M. Antolin y A. Embid hablan del haiku como de «una percepción súbita, un relámpago de intuición». El haiku, escriben, exige concentración, intensidad de visión, sentimiento y elipsis. El haiku pretende actuar como una piedra lanzada en el estanque de la mente de quien escucha o lee. Es poesía vivida, experiencia poética recreada, invitando al lector […] a participar, más que a quedar mudo de emoción, en tanto que el poeta desaparece de la escena.
Como el haiku de Watanabe Hakusen
Anoche cubrí
mis hijos dormidos
y el ruido del mar.
O el de Jorge Guillén
Fútiles cielos
Sin alguna conciencia
Que los abarque.
O el de Jorge Luis Borges
Bocas sin dientes
Ríen la misma risa
abuelo y nieto.Ciudad oculta.
Muchedumbre de sombras
al mediodía.
Cómo se escribe un haiku
La tradición de la poesía zen distingue en el haiku cuatro «momentos», que se corresponden con otras tantas actitudes del artista:
I. SABI, o la tranquila soledad
El sabi tiene lugar cuando el entorno del artista está embebido en una completa soledad, en una paz intensa.
En la rama seca
está posado un grajo.
La tarde de otoño.Con la brisa de la tarde,
de nuevo el agua
lame la pata de la garza.
II. WABI, o el reconocimiento de las cosas normales
Tiene lugar el wabi cuando el poeta se encuentra triste, y en un estado de vacuidad sensitiva. Entonces, las cosas más comunes, más cotidianas, se le hacen patentes en su asombrosa naturalidad.
Desolación del invierno.
En los charcos de lluvia
saltan los gorriones.
III. AWARE, o el eco del pasado
El aware se refiere a una tristeza más honda, a una emoción teñida de nostalgia.
Se va el otoño,
y escondido en la yerba
un arroyuelo.
IV. YUGEN, o la percepción enigmática del sentido de las cosas
Cuando la visión reflejada en el haiku capta un hecho súbito y misterioso que deja tras de sí la estela de un enigma, se produce el estado de espíritu yugen.
Salta la trucha,
nubes cruzan el fondo
de la corriente
Lo que define a un haiku
- Su capacidad sintética. Cómo condensa un estado emocional, un paisaje o una experiencia en tres versos brevísimos.
- El uso de la imagen. En todo momento la vivencia tiene que saltar a los ojos del lector, expresada en imágenes concretas.
- Y, sobre todo, evitar, a toda costa, lo gratuito». En el haiku todas las palabras, todas las imágenes, pagan peaje. Se trata, pues, de seleccionarlas con mucho cuidado, atentos a las relaciones que se establecen entre ellas.
Haikus y fotografías
Podéis animaros también a hacer una composición con un haiku y una imagen. Os dejamos un ejemplo del reto que recientemente el diario La Vanguardia lanzó a sus lectores.
Características del concurso
Cada autor puede subir un máximo de 3 participaciones (con un haiku de un máximo de dos estrofas cada una).
La convocatoria comienza el 15 de julio y el plazo de admisión de originales abarca hasta el 19 de septiembre. Las votaciones de los miembros del Club serán del 20 de septiembre al 17 de octubre.
Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado un mínimo de 20 obras en el periodo de votaciones. El Club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.
El autor no podrá retirar su participación una vez cerrada la convocatoria.
La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas. Puede consultar sus dudas también en Preguntas frecuentes.
Puedes consultar las Condiciones generales de los certámenes del Club de escritura, así como el Pacto ético que involucra la participación.
* Imagen de la portada: Chema Madoz, Untitled, 1993.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Un primer premio a una obra elegida por el jurado
– 200 euros en metálico
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
Un premio especial al ganador de la votación popular
– videotaller de Jesús Aguado «Cerezos, ciruelos, banianos: Taller de poesía china, india y japonesa»
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
Un premio especial al mejor lector
– videotaller de Jesús Aguado «Cerezos, ciruelos, banianos: Taller de poesía china, india y japonesa»
A los finalistas elegidos por el jurado
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
GANADORES:
Primer premio
Bruno, con Musuko
Una paloma
esperando a un anciano
inútilmente.
La métrica es exacta y los contenidos están muy bien dispuestos. El orden oracional coloca el elemento Kigo o estacional / temporal como última palabra, lo que añade una información muy precisa hacia la sugestión que el poema pretende. Sin necesidad de cargar en exceso las posibilidades metafísicas. Un haiku no es un pensamiento filosófico elaborado y tanto el sujeto actuante como el sujeto paciente de este poema ayudan a la sugerencia contemplativa y a la belleza inteligente. Recomendaría no obstante al autor que prescindiese del título ( musuko = hijo) ya que los haikus clásicos, para desprenderse de excesos emotivos, no lo incorporan.
Haykus finalistas
Carmela Figueroa, con Inevitable
La triste tarde
de un domingo infinito
que muere en lunes.
Excelente poema de una claridad magnífica que lleva desde la tragedia sencilla de lo cotidiano a la aceptación humilde del tiempo social. Esa derrota diaria del individuo sujeto a una sociedad que ha impuesto sus sistemas de actuación sobre la libertad el individuo: el tiempo medido. Y al mismo tiempo conjuntado con cierto humorismo muy leve.
Matías Cardona, con Danza
Sobre los cables,
danza cada gota fría
de la tormenta.
La métrica no es exacta pues en el verso intermedio sube a 8 sílabas. Se sugiere al autor que cambie la palabra “cada” por la palabra “la”. Aparte de estas pequeñas sutilezas el poema es extraordinario pues conduce de la unidad / agua a la contemplación del universo / agua con sencillez. Al mismo tiempo aligera la profundidad excesiva del pensamiento con la ligereza alegre del baile.
Juanita Saldarriaga, con Persistencia
Cuentan las olas
que la costa no quiere
ser cobijada.
Un poema realmente bueno que nos lleva a una historia tierna y humana fácil de ser gozada por cualquier buen lector de poesía. El tema subterráneo es ligero y al tiempo abundante, mientras que la posición del poeta queda supeditada a un marco casi actuante, pues nos conduce a un relato cercano al sortilegio. Es más un senryu por esta característica que un haiku puro, pero eso no lo hace menor.
Paz Estefanía, con Me gusta conducir
Todos los días
pastan en el atasco
miles de ovejas
La finísima ironía y la alegría de vivir conjuntadas con un extraordinario sentido del humor hacen de este poema una auténtica delicia . No es un haiku sino un senryu. Es decir la modalidad poética donde algunas –no todas- de las estrictas normas del haiku pueden obviarse. A uno no le cabe sino sonreír con este juego poético y le agradezco a la poeta esa alegría.
Francisco Javier Pastor, con Camino
Camino agreste…
al pasar junto a un charco
ruido de ranas.
El poeta se ha permitido la licencia de jugar con algunas figuras retóricas como la aliteración (ruido de ranas) y el ruido (agreste / charco) lo que lleva al lector a quedarse casi más en la música que en el contenido. Pero es un buen poema, un zappay, pues el poeta no pretende otra cosa que el juego y eso a menudo es de agradecer.
Los 21 que llegaron al último corte
(Por orden alfabético)
A.R. Baca, Sin título
Claro de luna
surcas mares y lagos
con tu esplendor.
Abel Valenzuela, Lágrimas
Sueña la lluvia
con besar las raíces.
Gotas de amor.
ACD, Nostalgia
El viento ronca
y descienden las hojas
al son del eco.
Adelfa Negra, La Araña
Pinta el rocío
los hilos de la tela.
¡Trampa a la vista!
Alba Gómez, La Peste
Toque de queda.
Se apagan ya las luces,
duelen los huesos.
Anais González, Augurio
Nubes pintadas:
azul, violeta, rojo
y mil relámpagos
Antonio Lino Rivero, Uno
Vienen y van
como olas las palabras
dejan espuma
Burson, Luces de Agosto
Brilla el rocío
en la leve armadura
de una libélula.
Carlos A. Orellana, La verdad absoluta
Solo al final
Hay verdad absoluta
Ya nadie queda.
Catalina Oxacelay, Inhalo
Toca mi puerta
el aire matutino
despoja todo.
Cristina López, Delicatessen
No se supera
el sabor de sus labios
comiendo fresas.
Dolores Ford, Silencio
Sol de verano,
que alumbra silencioso
el viejo tren.
Efec, Soledad
Llegó la lluvia
y el cauce exige al agua
llenar su ausencia.
Fausto Aybar, Diálogo
Golpes del viento
aquí, un árbol sin nombre
solo envejece
Jordin Aldair, Sin Título
Calles vacías
inundadas de sombras
sin movimiento
María T. Marlasca, Intercambio
Engalanada.
La flor ansía el beso
de las abejas.
Mateo Valerio, Los dos amantes
Son dos amantes
las olas y la arena,
que hacen la playa.
Nanda de Miguel, Azul
La hora azul,
atardece en el ártico,
la noche espera.
Pepa H, Los Girasoles
Los girasoles
miran enamorados
buscan su luz
Santiago Jiménez, Insomnio
Cerca del sueño
anuncian su llegada
varios mosquitos
Premio al autor más votado
Ha recibido 378 votos y 983 lecturas
Dabone, con Amén
Premio al mejor lector
Wilson Blandón Caicedo
Nota del presidente del Jurado, Jesús Urceloy, con motivo de la primera edición
Un haiku es a la poesía japonesa lo que un soneto a la poesía española. O parecido. Si se hacen bien, es decir si se cumplen escrupulosamente sus reglas de pensamiento y forma, pueden ser poemas extraordinarios. Si no se hacen bien, es decir si se falsean o se acomodan a otras reglas por así decirlo, más suaves, se conviertan en “otra cosa”. La mayoría de los poetas no orientales que dicen hacer haikus realmente están haciendo “otra cosa”.
Las normas del haiku (como las del soneto) van mucho más allá de la carcasa ornamental de una medida y de una disposición versal.
Son muchos textos los que han participado en este concurso, lo que ya es todo un éxito de convocatoria. Sin embargo un porcentaje pequeño ha pasado el primer corte en cuanto a la métrica. Aclaremos:
- La medida de los tres versos es pentasílabo / heptasílabo / pentasílabo según la normativa de la retórica general.
- Un haiku no rima. Y si esta se produce debe ser casual y nunca en consonante ni en versos alternos. (Para diferenciarlo del tercetillo, la soleá o el bordón)
De los poemas que pasaron este corte, se retiraron aquellos que caían en algunos de los siguientes errores:
- Hacer del YO el protagonista absoluto.
- Excederse en metafísica, mística, elevación, etc.
- Ser CURSI y usar palabras gastadas y lugares comunes.
De resultado de este segundo corte quedaron menos de un centenar de poemas, en los que se valoró:
- Uso de una palabra KIGO, es decir de una palabra o expresión que indica la época del año a la que se refiere un poema, o al tiempo bien sea atmosférico u horario.
- La naturaleza y las cosas sencillas de lo cotidiano deben estar presentes, la contemplación de algo que nos rodea y nos llame la atención. El elogio de las cosas mínimas, sencillas, de lo cotidiano.
- El poeta renuncia al yo activo y no nos habla tanto de lo que le sucede a él como de lo que sucede enfrente de él. Si aparece el YO debe ser como apoyo a la función principal del poema,
- Uso de un estilo natural y sencillo: Palabras sencillas, vocabulario popular. Hay que huir todo lo posible de figuras retóricas que tergiversen un sentido natural del lenguaje.