Acta del Jurado del II concurso de haikus

En Madrid, a 11 de noviembre de 2021

El II concurso de haikus convocado por la Fundación Escritura(s) ha reunido 889 haikus que han recibido 52.118 votos y 72.471 lecturas (a 11 de noviembre).

Un jurado integrado por profesores de Talleres de escritura creativa Fuentetaja y miembros de la Fundación Escritura(s), presidido por Jesús Urceloy, ha decidido otorgar los siguientes premios.

Primer premio

Bruno, con Musuko

Una paloma

esperando a un anciano

inútilmente.

La métrica es exacta y los contenidos están muy bien dispuestos. El orden oracional coloca el elemento Kigo o estacional / temporal como última palabra, lo que añade una información muy precisa hacia la sugestión que el poema pretende. Sin necesidad de cargar en exceso las posibilidades metafísicas. Un haiku no es un pensamiento filosófico elaborado y tanto el sujeto actuante como el sujeto paciente de este poema ayudan a la sugerencia contemplativa y a la belleza inteligente. Recomendaría no obstante al autor que prescindiese del título ( musuko = hijo) ya que los haikus clásicos, para desprenderse de excesos emotivos, no lo incorporan.

Haykus finalistas

Carmela Figueroa, con Inevitable

La triste tarde

de un domingo infinito

que muere en lunes.

Excelente poema de una claridad magnífica que lleva desde la tragedia sencilla de lo cotidiano a la aceptación humilde del tiempo social. Esa derrota diaria del individuo sujeto a una sociedad que ha impuesto sus sistemas de actuación sobre la libertad el individuo: el tiempo medido. Y al mismo tiempo conjuntado con cierto humorismo muy leve.

 

Matías Cardona, con Danza

Sobre los cables,

danza cada gota fría

de la tormenta.

La métrica no es exacta pues en el verso intermedio sube a 8 sílabas. Se sugiere al autor que cambie la palabra “cada” por la palabra “la”. Aparte de estas pequeñas sutilezas el poema es extraordinario pues conduce de la unidad / agua a la contemplación del universo / agua con sencillez. Al mismo tiempo aligera la profundidad excesiva del pensamiento con la ligereza alegre del baile.

 

Juanita Saldarriaga, con Persistencia

Cuentan las olas

que la costa no quiere

ser cobijada.

Un poema realmente bueno que nos lleva a una historia tierna y humana fácil de ser gozada por cualquier buen lector de poesía. El tema subterráneo es ligero y al tiempo abundante, mientras que la posición del poeta queda supeditada a un marco casi actuante, pues nos conduce a un relato cercano al sortilegio. Es más un senryu por esta característica que un haiku puro, pero eso no lo hace menor.

 

Paz Estefanía, con Me gusta conducir

Todos los días

pastan en el atasco

miles de ovejas

La finísima ironía y la alegría de vivir conjuntadas con un extraordinario sentido del humor hacen de este poema una auténtica delicia . No es un haiku sino un senryu. Es decir la modalidad poética donde algunas –no todas- de las estrictas normas del haiku pueden obviarse. A uno no le cabe sino sonreír con este juego poético y le agradezco a la poeta esa alegría.

 

Francisco Javier Pastor, con Camino

Camino agreste…

al pasar junto a un charco

ruido de ranas.

El poeta se ha permitido la licencia de jugar con algunas figuras retóricas como la aliteración (ruido de ranas) y el ruido (agreste / charco) lo que lleva al lector a quedarse casi más en la música que en el contenido. Pero es un buen poema, un zappay, pues el poeta no pretende otra cosa que el juego y eso a menudo es de agradecer.

Los 21 que llegaron al último corte

(Por orden alfabético)

A.R. Baca, Sin título

Claro de luna

surcas mares y lagos

con tu esplendor.

Abel Valenzuela, Lágrimas

Sueña la lluvia

con besar las raíces.

Gotas de amor.

ACD, Nostalgia

El viento ronca

y descienden las hojas

al son del eco.

Adelfa Negra, La Araña

Pinta el rocío

los hilos de la tela.

¡Trampa a la vista!

Alba Gómez, La Peste

Toque de queda.

Se apagan ya las luces,

duelen los huesos.

Anais González, Augurio

Nubes pintadas:

azul, violeta, rojo

y mil relámpagos

Antonio Lino Rivero, Uno

Vienen y van

como olas las palabras

dejan espuma

Burson, Luces de Agosto

Brilla el rocío

en la leve armadura

de una libélula.

Carlos A. Orellana, La verdad absoluta

Solo al final

Hay verdad absoluta

Ya nadie queda.

Catalina Oxacelay, Inhalo

Toca mi puerta

el aire matutino

despoja todo.

Cristina López, Delicatessen

No se supera

el sabor de sus labios

comiendo fresas.

Dolores Ford, Silencio

Sol de verano,

que alumbra silencioso

el viejo tren.

Efec, Soledad

Llegó la lluvia

y el cauce exige al agua

llenar su ausencia.

Fausto Aybar, Diálogo

Golpes del viento

aquí, un árbol sin nombre

solo envejece

Jordin Aldair, Sin Título

Calles vacías

inundadas de sombras

sin movimiento

María T. Marlasca, Intercambio

Engalanada.

La flor ansía el beso

de las abejas.

Mateo Valerio, Los dos amantes

Son dos amantes

las olas y la arena,

que hacen la playa.

Nanda de Miguel, Azul

La hora azul,

atardece en el ártico,

la noche espera.

Pepa H, Los Girasoles

Los girasoles

miran enamorados

buscan su luz

Santiago Jiménez, Insomnio

Cerca del sueño

anuncian su llegada

varios mosquitos

Premio al autor más votado

Ha recibido 378 votos y 983 lecturas

Dabone, con Amén

Premio al mejor lector

Wilson Blandón Caicedo

Nota del presidente del Jurado, Jesús Urceloy, con motivo de la primera edición

Un haiku es a la poesía japonesa lo que un soneto a la poesía española. O parecido. Si se hacen bien, es decir si se cumplen escrupulosamente sus reglas de pensamiento y forma, pueden ser poemas extraordinarios. Si no se hacen bien, es decir si se falsean o se acomodan a otras reglas por así decirlo, más suaves, se conviertan en “otra cosa”. La mayoría de los poetas no orientales que dicen hacer haikus realmente están haciendo “otra cosa”.

Las normas del haiku (como las del soneto) van mucho más allá de la carcasa ornamental de una medida y de una disposición versal.

Son muchos textos los que han participado en este concurso, lo que ya es todo un éxito de convocatoria. Sin embargo un porcentaje pequeño ha pasado el primer corte en cuanto a la métrica. Aclaremos:

  1. La medida de los tres versos es pentasílabo / heptasílabo / pentasílabo según la normativa de la retórica general.
  2. Un haiku no rima. Y si esta se produce debe ser casual y nunca en consonante ni en versos alternos. (Para diferenciarlo del tercetillo, la  soleá o el bordón)

De los poemas que pasaron este corte, se retiraron aquellos que caían en algunos de los siguientes errores:

  1. Hacer del YO el protagonista absoluto.
  2. Excederse en metafísica, mística, elevación, etc.
  3. Ser CURSI y usar palabras gastadas y lugares comunes.

De resultado de este segundo corte quedaron menos de un centenar de poemas, en los que se valoró:

  1. Uso de una palabra KIGO, es decir de una palabra o expresión que indica la época del año a la que se refiere un poema, o al tiempo bien sea atmosférico u horario.
  2. La naturaleza y las cosas sencillas de lo cotidiano deben estar presentes, la contemplación de algo que nos rodea y nos llame la atención. El elogio de las cosas mínimas, sencillas, de lo cotidiano.
  3. El poeta renuncia al yo activo y no nos habla tanto de lo que le sucede a él como de lo que sucede enfrente de él. Si aparece el YO debe ser como apoyo a la función principal del poema,
  4. Uso de un estilo natural y sencillo: Palabras sencillas, vocabulario popular. Hay que huir todo lo posible de figuras retóricas que tergiversen un sentido natural del lenguaje.

 

Gracias a todos. Oportunamente nos pondremos en contacto con los ganadores para la entrega de premios.

La decisión del jurado es inapelable y la organización no puede mantener correspondencia sobre los aspectos del premio. Existe un espacio de comentarios que la organización consulta periódicamente en busca de observaciones que nos permitan mejorar sucesivas ediciones. Os animamos a usarla para comunicarnos vuestra impresión sobre este concurso.

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