Unos pican y otros non.
Un hombre estaba deseoso de probar los famosos pimientos del padrón. Uno a uno los engulle con mucha emoción, siente un cosquilleo que se convierte en gran picazón. Al día siguiente con temor, se sienta en el excusado y.. ¡Sorpresa! Los cachetes blancos y el punto rojo como la bandera de Japón.