Cómo ser feliz, en cuatro dificultosos pasos.

Cómo ser feliz, en cuatro dificultosos pasos.

B

03/06/2017

– Buenos días chicos.

– ¡Buenos días! – Pobres pequeños monstruitos. Todos con cara de felicidad. Se piensan que como soy la nueva no les voy a dar la chapa.

– Sé que sabéis que soy nueva aquí, y que soy la sustituta de vuestra profesora de biología. Pero eso no es excusa para quedaros sin tarea. – Todos me abuchean porque claro, tenían otra idea de la vida. – ¿Queréis hablar sobre algún tema antes de empezar a trabajar?

– ¿Por qué querías ser bióloga? – La pobre adolescente se llevó un tirón de pelo de su amiga, que estaba sentada atrás. Bendita edad, quién volviera a los 16. Tras pensarme unos segundos qué responder, le di una respuesta que más le gustaría a muchos currículum-vitae.

-Siempre me han interesado los aspectos más incomprendidos de la vida. Me considero una científica de lo más racional. Sin querer ofender a nadie, para mí la única religión válida existente es la ciencia. Y por eso quería dedicarme a esto; me encantaría ser el Papa de esta religión. – Qué fácil es hacerles de reír.

– ¿Cómo surgió la vida? – Habló de repente otro adolescente del final de la clase. Sus compañeros se empezaron a reír, pero tras ver mi mirada fulminante se hizo el silencio más absoluto. Me encanta frenar a esta clase de monstruitos, aquellos que se ríen de los que tienen un mínimo de interés en temas que van más allá de las chicas.

– Sé con certeza que de eso os han hablado mucho. Yo prefiero hablaros de cómo vivir, que de eso no habéis oído nada. – Exacto. Aquí es donde comienzo a darles la chapa.

Hay un engranaje de nuestro día a día que gira casi de forma constante. El amor es lo más irracional de la biología. Algunos dicen que se trata de la quinta dimensión, puesto que sobrevive más allá del tiempo y de la vida misma. Se puede a amar y anhelar a alguien que todavía está en nuestra vida (aunque sea de forma distinta, en forma de desconocido, por ejemplo), y de la misma manera sentirlo por alguien que lleva años muerto. Tras analizar esto, pueden nacer muchas preguntas. Y ahí es donde estoy yo, la incansable exploradora de las respuestas imposibles. La vida es un continuo enigma, y es por ello que es hermosa. Lo que podemos confirmar sin ninguna duda, es que en ambos casos amamos a esas personas por una misma cosa en común: porque viven en nosotros en forma de recuerdos. Aquí encontramos el segundo aspecto más odiado de la vida del ser humano: el poder recordar. De manera totalmente inconsciente y por un nano-instante (así es como lo llamo yo), vuelve lo mismo que sentiste en aquél presente lejano. La consecuencia del jet-lag es ese vacío en el pecho que te llena la cabeza de cosas absurdas. Se te sube el corazón a la cabeza y mezclas la poca racionalidad que te queda en ese momento con amor (por experiencia, es el cóctel que más resaca da de todos). Y claro, si intentamos luchar contra esta irracionalidad no olvidaremos nunca. Cuando tienes dolor de cabeza por alcohol del malo de la noche anterior no te machacas tanto a ti mismo, ¿eh?. Simplemente nos tomamos una pastilla y esperamos. Así hay que ver el sufrimiento que generan ciertos pasados; tomar un poco de tiempo para nosotros mismos y esperar. Poco a poco aceptaremos lo que nos ocurre. – Uno de los alumnos puso una cara de extrañeza.- Te explico; aceptar no es sinónimo de olvidar, sino mantener esa experiencia en nosotros sin dolor. Así que chicos, hay que aprender a aceptar.

– ¿Vamos a estar así toda la clase? – Dijo con desgana.

– ¡Cállate, Juan! Sigue por fa. – Me produjo un sentimiento sensacional ver que estos chicos comenzaran a plantearse cosas. – Hablando de olvidar, este es uno de los aspectos más discutidos y curiosos de todos. Primeramente, hay que reconocer que nadie lo consigue del todo.

– Eso es mentira. -Juan vuelve a las andadas. Al menos, ahora da su opinión.

– Sí, no te mientas; sabes que nunca se olvida. Muchas veces, nos forzamos a nosotros mismos a enterrar un sentimiento o un recuerdo enseguida, en el primer momento de dolor, cuando nadie nos lo está pidiendo. Además, cuando nos paramos a definir nuestra personalidad, probablemente cada año tengamos algún rasgo distinto. Eso es porque somos un mix de nuestros recuerdos y sentimientos; no podemos hacer borrón y cuenta nueva de nuestras vivencias (al menos, adrede es imposible). Si se pudiera hacer eso, no seríamos los mismos de ahora. Tanto para bien como para mal, hay recuerdos e historias que residen en nosotros para siempre, aunque sea de forma inconsciente (no hablo solamente de experiencias y traumas causados por cócteles de los malos).

Volviendo al tema del dolor, es el cuarto aspecto irracional de nuestro ser. Una persona ante el dolor puede reaccionar de mil maneras inesperadas. Incluso tú mismo o misma puedes asustarte de cómo puedes llegar a responder ante cierto estímulo. Lo fabuloso o asustadizo de esto es que no lo sabes con certeza hasta que ocurre. Si cuando un amigo te pega un susto puedes llegar a hacerle daño sin querer, imagínate en una situación donde tu vida corre peligro. Nunca se sabe como va a reaccionar tu mente, porque al fin y al cabo es la que manda sobre ti, más de lo que tú mandas sobre ella.

– ¿Entonces qué hay que hacer si quiero controlar todo eso?

– El amor, los recuerdos, el olvido y el dolor no se pueden controlar. Para vivir mejor, hay que perdonar ese amor, aceptar esos recuerdos, reconocer que no se olvida y dejar fluir ese dolor. Esa es la única fórmula de la felicidad. – Toda la clase se quedó pensativa. Al instante, sonó el timbre. La clase más corta de mi vida.

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