Clases de fª de la historia: el absurdo tiene sentido

Mis manos son manos en cuanto yo digo “manos” me honra bautizar partes de mi cuerpo que no están claras.

Los atributos de mi cuerpo que actúan de diferenciador son huecos por donde entra todo tipo de energía: las miradas ajenas y la tierra fértil. En este desastre estético planté mi huerto y cultivé el amor por lo complejo -lo real siendo comprendido-. Una parte de mi carne ha de ser empujada en cada acción los objetos no están hechos a esta medida, eso se traduce en un despertar de los demás miembros. Sin el todo no funcionan las partes es así como me hago presente al todo. Digo “todo” cuando mis manos dejan de ser místicas y se integran sin perder el elemento mágico; digo “todo” cuando me miran a la cara y ya no recuerdan el canal de energía. Mi pelo es otro manantial que no cuestiona nada por eso a nadie le preocupa. Cuando les gusto piensan/pensamos “a pesar de-” pero hay un error de análisis, siempre es “a favor de-”: si digo “yo” se incluye cada idea cada miembro cada agujero. Nunca más voy a separarme en dos, el dualismo cuerpo-alma para Descartes, el dualismo éstodeaquí-yo para los médicos (ambos encuentran su certeza en el error, el cual repugnan)

El mundo no puede integrarme y he ahí mi dicha y mi pesar: guardo la verdad que muchos no admiten, el absurdo tiene un sentido

(y ahí me mantengo)