Poesía desastrada.

Poesía desastrada.

Kramen

04/09/2017

Dispara sin mirar, no hay testigos en la desolada noche

a casi nadie le importa ya el demonio de la sonrisa

si ha perdido la leyenda del humo pegado a su sombra

se termina una etapa y comienza otra carrera

todo lo que fué se ha ido por el sumidero del bidé.

No hay latido de colores en el pecho del insomne

demasiadas ovejas reniegan saltar la verja del redil ahora

vuelve el ocaso sin estrellas en el cielo de la manzana

los felinos de entonces se pierden entre brumas de memoria

escabulliéndose hasta formar parte de un anterior viaje.

Nuevas metas, otras cárceles se abren cual flores del infierno

acogedoras en invierno pero la muerte de cualquier verano.

Se acabó la libertad para un preso sin cadenas y con anillo

lo bueno siempre se acaba reza el paciente en un coma eterno,

no laten los colores con la música del agua en mitad de este silencio.

Vine para no volver, pero tampoco me fuí del todo jamás

mi cabeza tiene una recompensa que coincide con sus huellas

la poesía se escurre por mis venas como en las viejas cañerías

el mundo se vuelve salvaje cuando el volar queda muy atrás

que los pies arraigan en ataudes diminutos de diferentes maderas.

Hay muchas personas y todavía más historias al otro lado

esperando a ser descubiertas con mayor o menor agrado

pero serán distintas a lo que el pirata veía a bordo de su barco

donde nunca faltaba la bebida ni el murmullo del océano

siguen brotando letras de ceniza de su maltrecho cuerpo.

La última noche del condenado con su respectiva cena deliciosa

antes de tomar camino al patíbulo con la frente siempre bien alta

las balas no duelen si te fusilan mientras bailas antes de ir a la cama

imposible matar a un suicida si no se trata de su misma persona

que escoge el momento y lugar idóneo para tan gloriosa tarea.

Mañana cuando despierte habrá transcurrido todo un siglo

en un único parpadeo tan largo como un túnel estrecho para un ciego

no habrá ni flores ni esquelas a quien ata la soga a su cuello

para saltar al vacío de un precipicio donde no hay rastro del fondo

y quedar suspendido entre el cielo e infierno en medio del limbo.

Los agujeros negros son un punto sin retorno en el centro de sus pupilas

algo del pasado, una celda sin ventanas ni tampoco puertas

igual a la caja en la que habita el gato de Schrodinger a oscuras.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS