Déjame ser

Soy niña, no mujer

soy mujer, no madre

soy madre y soltera

(soy acusada de ramera)

soy soltera, incompleta

casada sin embarazo

de un tortazo humillada

abandonada en divorcio

(algo malo habré hecho)

anciana y nunca abuela

abuela mas aún joven

viuda y desamparada

si sola, merecido

joven sin experiencia

trabajadora, madre mala

ama de casa, no ambiciosa

experimentada cuando canosa

sabiduría ignorada

arrugas luzco orgullosa

de quien fui y sigo siendo

¿virtud de edad mediana?

algún fallo siempre tengo

generaciones marginadas

de las cunas y las canas

ignoradas están siendo

luchadoras cotidianas

clamor de queja silenciosa

de vidas no contadas

de historias enterradas

bajo distorsionadas etiquetas

¡basta ya! Tú ya eres

y yo… Yo, ¿soy?

Déjame serlo. Déjame ser.

Yo soy. Soy ella.

Soy yo. Mujer.


Autorretrato

Ella. La del espejo.

La que despeinada mira

el reflejo con asombro.

Ella. Parpadea

y devuelve la mirada

en silencio.

Ella. La que ve

a la mujer que

hace unos años no existía.

Ella. La que sueña

en el reflejo

posibilidades cada mañana.

Ella. Sencilla,

sin pretensiones,

recién despertada.

Ella. Ojos sin rímel

consultan el estado

de su alma.

Ella. Insegura, hasta que

contempla la intensidad

de su mirada.

Ella. Examina

cada poro de su piel

y ve belleza.

Ella. Imperfecta,

acalla la crítica interior

con valentía.

Ella. Inteligente,

aprovecha cada momento

del presente.

Ella. Sonríe segura.

Es suficiente

ser la persona que tiene en frente.

Ella. Siempre ella.


Traición cotidiana

Hoy escondo la cabeza

entre los dígitos iluminados de la pantalla

omitiendo intencionadamente

tu presencia

a dos pasos, en la acera.

Y me miras con esperanza

y te ignoro cual ausente

como si tu existencia

no fuera tal,

como si una sombra más

sobre el mobiliario urbano hallase.

Y la humanidad, ¿dónde quedó?

Enterrada entre adoquines,

obviada entre cartones y pobreza.

Mi indiferencia me inquieta

pero sigue gobernada por la dictadura

de las prisas fingidas,

el desconocimiento de tu nombre

y disimulada indiferencia.

No sé si conociéndote

a mis principios sería más fiel.

¿Si mi respeto se pierde

más allá de un papel,

valen de algo mis palabras?

¡Si son impasibles mis miradas

disimulando la vergüenza!

Ese vistazo fugaz me delató

indicándole a mi conciencia

que debiera reaccionar.

Y tañen las campanas

en lo alto de la iglesia

y se me encoge el corazón

ante la evidente paradoja

de un cartel junto a ti

implorando misericordia

para África.

Y sentada me ves pasar

siguiendo la corriente de cientos

que se niegan a detenerse

e interrumpir su rutina, la mentira

de su piedad.

¿Miraría si fuera otra

la sentada en tu lugar?

¿Miraría si tu historia conociera?

Una vida silenciada,

condenada a la mendicidad

por quién sabe qué circunstancias.

Quien poder tiene

para cambiar las cosas

y no lo hace,

es cobarde.

Me declaro inocente y

no lo soy.

Sentencia la mía

que veo en tus ojos:

una esperanza decepcionada

una sonrisa defraudada

otra traición.


Aire

Vivir del aire es imposible

pero necesitamos

aire para vivir.

Inhala, suspira

junto a tantos mileuristas

que intentan subsistir.

Aquellos que ven

que aunque el aire

llene los bolsillos,

los deja vacíos.

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