SOLEDAD
Desde niña conocí la soledad
intentaba con toda mi ilusión
encontrar una amiga de verdad
aquella que necesitaba
para contarle mis pensamientos
pero por más que busqué
solo encontré falsas amigas
aquellas que me adularon
y que por buenas creí.
Cuando me hice mayor
busqué un hombre bueno
aquel a quien pudiera
contar mis sentimientos
que estaban ocultos
dentro de mi corazón.
De aquella ilusión
tres hijos llegaron
ni ellos siendo sangre de mi sangre
tampoco supieron
escuchar mi corazón.
Así que al final tuve que
comprender
que nadie sabrá interpretar
y deberé ser yo sola
quien los guarde en mi ser.
Gemiré y lloraré yo sola
y en algunas ocasiones reiré
y aunque al final he tenido
que entender que tanto en
la niñez como en la senectud
los secretos del alma
en mi alma quedarán.
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