Una mano completa

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De los envites de una partida de póquer, entre apuestas, 50 años de la vida de cinco hermanos:Una Mano Completa.

En frío, no está nada mal una Escalera Alta, una combinación de cinco cartas consecutivas, no necesariamente del mismo palo o con el mismo color de camiseta, sin embargo, el valor de la escalera depende de la carta más alta de la sucesión, o del hermano mayor, el último en apostar. Mano, pues, con buenas cinco cartas, en categoría definitiva de Full de Reinas y Reyes, trío de reinas de corazones, ciegas -grande, mediana y pequeña-, y pareja de reyes de trébol, ninguno de cuatro hojas. Más adelante, Repóquer de Ases, cuatro ases y un comodín, y con esa jugada en mano se puede apostar todo lo que se tenga en esta vida y, más, a esa edad. El comodín azul celeste, a veces el más necesario, aunque en otras modalidades desaparezca de la baraja. Así que Cinco Figuras todos, con ires y venires entre países, comunidades, ciudades o calles, con valor en el juego cuando se es una carta con letra J, Q, K o A y que no lo discuta quien pretenda jugar, porque llegar a una mano con cinco figuras de ese calibre tiene su dificultad. Buenos tiempos de una gran timba, fuertes apuestas y alguna notable pérdida. Por eso, cuando alguien no lleva una buena jugada y prefiere no arriesgar, lo mejor es Abandonar la Mano, en vez de ir o subir, porque el cansancio se acusa, y traiciona. En el póquer, uno ha de hacer creer al otro que lleva la mejor mano de su vida, pero cuando la suerte está totalmente en contra, difícilmente se puede marcar un farol, aunque seas el mejor y más experimentado jugador en cualquier mesa. La mirada firme acompaña la jugada enunciada y cuando ésta no reta, el resto de hermanos lo saben, aunque sólo hayan pasado cincuenta minutos exactos desde la escalera alta y, en realidad, tampoco nadie lleve cartas decentes. Pero los que han sido jugadores toda la vida no se retiran de la partida así como así. Puestos a perder, pues con distinción, apostando todas las fichas que se tienen en la mesa en una sola jugada: » …Voy. Con el resto.» Sólo lleva un as de picas, la carta de mayor valor en el póquer, pero también llamada as de espadas, «la carta de la muerte». Carta de triunfo, porque la Muerte llega para todos nosotros en el final, y no hay escapatoria, ni siquiera para los reyes. Figura, en tinta negra, de un corazón con una púa, pero corazón al fin y al cabo, que sabe decir te quiero al regalar alguna de sus fichas. Algo que, en la memoria de todos, no se desvanece. Sigue la partida con un ausente. Nadie lleva ya buen juego.

Mercè Pujol Vila

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NOTA: Tema musical libre de derechos, licencia CC. Fuente: http://www.jamendo.com/es/list/a81964/2do-rosero-lar9.tk.