Hay historias que contar, historias que no deben quedarse en el olvido, historias que no son historia porque no tienen narrador.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />
Historias de familias, que nunca saldrán en los libros y que en cambio son quienes la escriben, nombres de familias que se heredan durante años, familias que se mueven por las ciudades y pueblos.
Esta es la historia de una familia. Una familia, que no quiere olvidar su nombre aunque este cambie. Una familia que no pertenece a un lugar, sino que todos los lugares le pertenecen a ella.
Y es así, porque los lugares no crean historia, son la gente que los puebla, la gente que lucha cada día por vivir lo que da valor a esos lugares. El horizonte no es un cielo azul , ni una montaña , ni un mar verde, ni una bandera, el horizonte es la vida.
Relegamos el pasado porque no hay tiempo suficiente para vivir el presente, para enfrentarse al futuro. Pero no olvidemos, que procedemos, no de un lugar, sino de una familia, que nuestras raíces no son un pueblo, o una casa o un país, sino una mujer y un hombre que viven en nuestros recuerdos. Y no olvidemos los recuerdos, porque los recuerdos son nuestra historia, nuestra nacionalidad, nuestro sentimiento.
FIN
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