¿Te acuerdas de León?

¿Te acuerdas de León?

¿Qué pasa cuando tu alma se desprende del cuerpo?, ¿hacia dónde vas?, ¿tienes memoria?, ¿puedes verme?

Quisiera saber tantas cosas sobre como es el lugar donde te encuentras, cómo pasa el tiempo en esos territorios, qué puedes hacer y qué no, qué forma tienes, qué sientes, ¿existen los sentimientos?

Yo sigo acá, donde siempre, en ningún lugar, intentando constantemente observar mi entorno, pues es ahí donde te encuentro, en un paisaje, en la sonrisa de un desconocido, en el abrazo de alguien querido, en el detalle, en el rayo destellante del sol en la carretera, en un globo de helio que se escapa al cielo, en una caricia, en todas las nubes.

¿Puedes hablarme?, te he escuchado, o al menos eso quiero pensar, pero quisiera verte y, no porque me hagas falta o por capricho, para ver todo lo feliz que eres, es raro ver a alguien tan sonriente en este mundo cada vez más extraño, parece que nos preocupamos por alcanzar la frustración, al contrario de huir de ella. ¿Cómo hacías tú para darle una buena cara a toda adversidad?, ¿cómo hiciste para aceptar?, porque fue aceptando que ahora te encuentras donde te encuentras, en la inmensidad de todo, plena y sin preocupaciones, no estás perdida, ni vagando como muchos otros, yo lo sé.

¿Te enteras cuando te sueño?, me gustaría hacerlo más seguido, a veces me es difícil comunicarme contigo, sabes que me sobra imaginación, pero me cuesta trabajo hablarte siendo viento, me distrae la forma extraña en que participas en nuestras charlas, sin embargo tus consejos y mensajes siempre llegan, en tiempo y forma.

Me da taquicardia al escribirte, ¿será que estás cerca?, es la primera vez que lo hago y no sé el porqué, quizá porque quería encerrar todo lo que a ti respecta en un lugar privado y nada más; pero he pensado mucho en ti y era cuestión de tiempo acercarme de esta manera, me han preguntado mucho por ti, o comentado, o mencionado; me gusta. Te recuerdan de tantas maneras y siempre la misma: una persona excepcional; y no hace falta que lo señalen (yo lo sé), pero es bonito.

¿Volverías?, si lo hicieras, ¿qué harías?, ¿hay opción?, creo que yo ni siquiera lo consideraría.

Sigo buscando el impacto que tuvo sobre mí tu partida, no sé si soy más fuerte o no, no sé si hizo falta tiempo, espero que no, lo que sí sé es que me urgía darte un regalo y este es.

Gracias por quedarte siempre conmigo.

Adrián Fernández Lemaire.

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