Por qué el nombre Juan es pavoso en mi familia.

Por qué el nombre Juan es pavoso en mi familia.

Mi padre Rómulo Rincón Márquez siempre comentaba que el nombre «Juan», en nuestra familia, era considerado pavoso, o lo que significa ese término en Venezuela, que atrae la mala suerte.  Sólo después de dedicarme a buscar y rebuscar en historias familiares, leer relatos de parientes lejanos que tuvieron contacto con mis ancestros, después de innumerables conversaciones con los mayores de la familia muchos hoy tristemente fallecidos, y hasta inclusive toparme por avatares del destino con un pariente estudioso de la historia local quién fue prolífico en darme luces, fue que dí con las razones de ello y que rayan desde lo tenebroso hasta lo trágico.

En primer lugar, encontré referencias de la macabra historia de uno de mis tíos abuelos, Juan Eduardo Rincón Eduardo del cual se decía en los círculos sociales de Maracaibo por allá en los primeros años del siglo XX, que había sido encontrado devorado por los indios wayú en los campos de la goajira colombiana, región relativamente cercana a esa ciudad. 

En realidad lo que pude averiguar es que él participó en una escaramuza entre tropas colombianas y venezolanas, que la historia registra como la «Batalla de Carazúa». Allí murió y su cuerpo quedo tendido en el campo de batalla a merced de la voracidad los animales salvajes. La imaginería popular de la época transmitió la primera historia, lo cual se demostró que no fue posible pues los wayú nunca ha sido caníbales. 

Otro caso cierto, fue el de mi tío Juan Antonio Rincón Márquez de quien se decía que era «mas malo que Caín»: indio que trabajara en la finca familiar «El Curarire» y que él encontrara robando, se cuenta que…¡le quemaba las manos!. Por supuesto, mi tío no contaba con afecto alguno de los familiares de esos pobres hombres….murió flechado por los indios motilones y ello ocurrió en las primeras décadas del siglo pasado.

Unos lustros después, el 8 de abril de 1947, muere en el accidente aéreo de «Las Pavas» en el Estado Miranda, mi primo hermano Juan Antonio Rincón Cano, siendo un estudiante de 14 años de edad. «Juanchito», como lo apodaban, viajó en ese vuelo para acompañar a su hermana mayor Mireya también estudiante, por deseo expreso de su madre Tulia Cano de Rincón. Se cuenta que encaneció totalmente en pocas horas después de enterarse de la muerte de sus dos hijos.

Con estas tres trágicas historias familiares rescatadas después de tantos años, ahora entiendo por qué siempre se ha tenido el nombre Juan, en la familia Rincón de Maracaibo, como pavoso.

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