Una nueva mañana ha llegado a mi hogar, los rayos del sol se cuelan entre las rendijas de mi persiana y van a parar a mi cara. Ya se escucha movimiento fuera del dormitorio, mi padre que acaba de llegar de correr, mi madre liada con la casa y mis hermanas que acaban de poner los cuarenta principales y se han puesto a cantar.

Cuando abra esa puerta mi vida pegará un giro de 360º y yo todavía no lo sé. Así que ignorante de mi destino salgo de mi dormitorio.

“Hola familia ¿alguien juega conmigo?” (esta soy yo, tengo 6 años), mi madre me abraza me da un beso y me subo a las piernas de mi padre que está leyendo el periódico, cuando lo abrazo noto su cuerpo caliente y es que tiene fiebre, no se encuentra bien.

A la noche muy cansado, llamamos a un médico de guardia que viene a casa y nos recomienda llevarlo al hospital, no reacciona con los medicamentos habituales.

Ha pasado año y medio y el peregrinaje de hospital, acabó, se fue en paz…mi madre está muy triste y yo no acabo de entender lo que pasó.

En esta vida te encuentras con pequeños diamantes sin pulir que hay que trabajarlos para que puedan tener valor, eso es lo que esta mujer hizo con sus hijas.

Durante un tiempo resultó mágico como era capaz de envolvernos con su sonrisa y hacer de la tarde más solitaria un buen día pese a que ella no estaba, trabajaba duro. Sonrisas, lágrimas, riñas, rectitud, se las apañó para tener esos momentos con nosotras y que esa talla fuera adquiriendo el valor deseado.

Siempre dispuesta a dar un consejo pese a sus limitaciones, a tender una mano y ayudar. Su soledad, no mejoró pero se refugió en la entrega.

Miro hoy atrás y veo una mujer arrugada, con achaques por el estilo de vida y el paso del tiempo en el sofá de su casa, pero con el corazón en paz de saberse con el trabajo bien hecho.

¿Que si se ha permitido ser feliz? esa es mi gran pregunta…¿que es lo correcto en esta vida? aveces me pierdo en su mirada y pienso que me gustaría tener la cuarta parte del valor que le mueve ¿lo tengo? yo creo que sí, lo que si puedo decir es que no pasé por este mundo sin ser amada y eso, eso si que es una buena lección de vida.

He crecido, he tomado mi camino pero tu impronta es con la que vivo, desecho lo que no me sirve me quedo con tus lecciones y creo las mías para mi vida y mi familia. Hoy vives rodeada de tus hijas yernos y nietos y parece que no te faltara nada.

Esta historia es la historia de una mujer que fue y es la inspiración de mi vida. Mi madre.

FIN

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