PEQUEÑOS PASOS AL CIELO

PEQUEÑOS PASOS AL CIELO

Marce Rojas V.

09/04/2014

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Persiguiendo sueños durante 7 años, visitando a diario en la sala de la casa de abuela, de llevar serenatas de guitarra, de leer poemas, después de un reinado efímero porque duró sólo la noche de la coronación ya que al otro día, la reina simplemente dijo SI al amor. Con el mismo vestido de la fiesta de gala, con el velo prestado de un almacén y el novio, con las medias dentro del bolsillo porque no alcanzó a cambiarse, sólo tuvo tiempo para ir a la Iglesia convencido de la eternidad del amor. Parecía la hora de llegada, los invitados, que también estaban en la coronación, iban y venían consiguiendo las cosas para el matrimonio inesperadamente esperado, unos fueron por la torta, otros por el vino y los demás, por los invitados que faltaban, y así después de mucho correr, lo lograron, pudieron disfrutar de unas de las uniones más bonitas que podía vivir, dos personajes hermosos, tranquilos, enamorados, felices.

Después de un año de amor, nació su primer hijo varón, el primer bebé en ambas familias que revolucionó sus vidas, pelirrojo y gracioso, convirtió su día a día, en una experiencia de locura, tantas mujeres a su alrededor haciendo de él, el príncipe de la familia, reinado que aún sigue vigente a pesar de que sus padres ya no están.  Y 3 años después de éste frenético nacimiento, llegó un hermoso día de Diciembre, una hermosa bebita, llena de ilusiones y alegrías, quien tuvo la osadia de apagar una fiesta decembrina, por órdenes de la bisabuela, todavía aún le recuerdan que fue por ella que no pudieron bailar un 7 de Diciembre, día de la velitas porque Tere estaba en el hospital esperando la llegada de la bebé, la cual, muy llevada de su parecer, nación 2 días después.

Quedaba así conformada una familia con muchos sueños en común, con ganas de ser una familia feliz, donde se cantaba, se bailaba, se dibujaba y la poesía caminaba entre las paredes. Cuatro caminos que escribían una sola historia, que poco a poco se fue desmoronando en pequeños trozos de olvido, tristeza y soledad porque la muerte tocó a la puerta sin haberla llamado y ese papá alegre fue cayendo poco a poco en ese profundo vacío de la enfermedad que durante 2 años y medio, le permitió darse cuenta que ya no escribiría más su historia de amor junto a su reina, y su mamá, mirando sin fuerzas cómo la vida se escapaba sin permiso de su creador de sueños y que debía seguir en pie porque tenía dos personitas a quienes darles una luz para seguir, y fue así, que durante 24 años más, ella, enferma también, estuvo en pie hasta que se dejó llevar también por la sombra tenue de la muerte, quedando en paz con su misión de mantener una familia unida.

Y así fue, después de una hermoso SI, que sus vidas quedaron enlazas para siempre hasta después de la muerte.  

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