Siempre fui muy cuidadoso con mi higiene pero ya nada me importa.Llevo mas de tres años con la misma ropa. Sé que apesto pero todo me importa un carajo. No tengo fuerzas para nada. Cualquier cosa por pequeña que sea me cuesta un trabajo descomunal poder hacerla.Perdí las fuerzas, las ganas de vivir, de luchar…Lo perdí todo. Yo era un buen trabajador. No me importaba levantarme de madrugada y estar con el camión doce o trece horas seguidas. Nunca me quejé, como otros. Nada mas salir a la calle, mi café, mi copa de anís y a hacer kilómetros. Todo cambió cuando me quitaron el camión, ¡sí me lo quitaron!, ¡esos hijos de puta del banco me lo quitaron!, ¡ladrones!.

-Eh, amigo, ¿quiere un trago?.

-Yo no soy su amigo.

-Está bien, amigo, pero deje de gritar. Los demás queremos dormir.

-¡No puedo dormir!.

-¡Pues inténtalo hijo de puta!. ¡Todos estamos igual que tú y así estaremos hasta que muramos!. A nuestra edad no volveremos a encontrar trabajo,¡ a ver si lo entiendes de una jodida vez!.

-Mi familia, mi mujer, mis hijos, mis amigos…¿dónde estarán?, ¿qué habrá sido de ellos?

-No pienses en eso.

-¿Qué es lo que he hecho mal?, ¿en qué me equivoqué?, ¿de que soy culpable?.

-Tú no tienes la culpa de nada, amigo. Que te quede muy claro.Los culpables son los de siempre. A ellos les gusta jugar con nuestras vidas. Siempre han hecho lo mismo y lo seguirán haciendo.

-Siempre me gustó tener las uñas limpias.Ahora están sucias, negras.

-Anda,intenta dormir.

-Si.Ojala no despertara.

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