LA PLAZA

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Son Carmen y Francisco, como pueden ser Antonio ó Josefa, qué más da, puede ser cualquiera. Ella arquitecto, el director de oficina bancaria ó cualquier otra cosa, qué más da, con tres hijos uno de ellos dependiente, buena posición, viven en un barrio residencial de cualquier ciudad y ven las bolsas de pobreza, como eso, bolsas, noticias de televisión.

Un día por azar, eso creen, primero ella después el, pierden su trabajo por esto de la crisis,  Carmen y Francisco comentan desde el balcón de su bonita casa  con vistas a una amplia plaza llena de  bancos y columpios, mala suerte,  tendrá que ser así, quizá hasta lo ven con alivio, dicen recibiremos buena indemnización, nos quitaremos hipoteca y estaremos más tiempo con nuestros hijos, somos jóvenes estamos preparados, encontraremos pronto trabajo ó montaremos un negocio.

Pero el tiempo pasa, no encuentran trabajo, aun con su experiencia y curriculum  y si lo encuentran, es en unas condiciones para mal vivir y no poder mantener el estatus que perdieron., lo intentan con un negocio y tampoco les funciona, cada vez mas amigos y conocidos se encuentran en su situación, piensan en emigrar como algunos de ellos pero la dependencia de su hijo les frena.

Carmen y Francisco ven como se les agotan las reservas, se tendrán que dar de baja en la sociedad médica, cambiar a los niños a un colegio público, las ayudas a su hijo dependiente llegan tarde, mal y nunca, y no pueden afrontar la hipoteca,  tendrán que pedir ayuda a los  socorridos abuelos., nuevamente desde su balcón, ven la plaza y piensan que solo les quedaran los bancos que hay en ella.

El día que no les queda más que esto, van a la plaza a sentarse en el primer banco, todos los demás están llenos y no entienden por qué, pues no hay niños ni padres con ellos., el único vacio es donde se solía sentar el drogata que a veces veian desde su balcon, que sensacion, sentados con un drogata, el excluido del barrio, al final se sientan con el, curioso les da las buenas tardes y empiezan a compartir con el exclusión y pobreza, y hasta les da una bolsa de golosinas a los niños, que compro con las monedas  que obtuvo pidiendo en el metro.

Vuelven al siguiente día al mismo banco y siguen compartiendo esta vez, impotencia, indignación, sentimientos y emociones, cosas que jamás habrían imaginado compartir, ni entre ellos ni con sus amigos ni mucho menos con un excluido.

Esa misma tarde en la plaza y en otro banco, pues el primero tiene lista de espera, ¿Por qué preguntan? el banco les contesta, quien aqui se sienta empieza a saber lo que es exclusión y  pobreza,  se van encontrándo con otras personas en su misma situación.,

Comentan entre ellos, hablan de sus sentimientos, sensaciones, pasando de la conformidad ¿Qué hemos hecho mal, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? a la indignación, a reflexionar, a encontrarse a sí mismos, su realidad, su presente y pronto su futuro, paradojas de la vida, encontrarse a sí mismos en estas condiciones. A ser comprendidos y a comprender a los demás, a conocer y dar solidaridad, al drogata que es hijo de la pobreza y marginación,y por que  a los hijos de sus amigos con el mismo problema se les llama enfermos ó tienen una adiccion. 

Empiezan a ser libres, aunque su estomago y el de sus hijos, dependa de la solidaridad de unos y la caridad de otros., extraña libertad, no pueden pagar su seguro medico, ese que tanto prestigio social les dio, sus hijos acuden al  colegio que tanto prestigio creian les daba, ya no les da de comer sin previo pago, acuder al comedor del colegio publico.

Francisco que siempre soñó con ascender en el banco, otra paradoja, ahora tiene todos los que quiera  a su alcance, en la plaza cada vez hay más, en el primero han compartido pobreza y exclusión, en otro sentimientos, sensaciones y emociones, en otro se encuentran a sí mismos, en otro a comprender y a comprometerse con los demás y en otro a ser libres, Carmen y Francisco junto con los demás deciden cambiar el nombre de la plaza y llamarla  esperanza